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Los farmacéuticos David Menacho, Andrea Duque y Guillermo hablan sobre la inseguridad pública con respecto a la vacuna y lanzan una pregunta: ¿Por qué asumimos consciente o inconscientemente que un medicamento tenga un efecto secundario menor para curar una patología que las vacunas, cuanto estas salvan vidas?
La vacuna trae consigo esperanza ante una normalidad que se antoja lejana y muy cuesta arriba. Tras una cuarentena que nunca hubiéramos imaginado y muchas restricciones, adaptándonos a un nuevo y diferente modo de vida, en enero llegará a España la solución que emerge como el primer paso en un camino de regreso a lo normal. Precisamente, en Reino Unido ya han comenzado su particular campaña de vacunación contra la COVID-19, tras la aprobación de la vacuna de Pfizer/ BioNTech el pasado 2 de diciembre.
Ahora bien, no solo dependerá de la vacuna, sino de la confianza que ésta genere en la población y precisamente según el CIS el 47% de los españoles no se vacunaría inmediatamente de la COVID-19, mientras que a nivel mundial una de cada tres personas de todo el mundo no se vacunaría o no sabría si vacunarse contra la Covid-19. ¿Cuál es la opinión de los profesionales al respecto?
"Considero que existe mucha desinformación y por eso existe ese miedo. Debemos tener en cuenta que pese a que esta vacuna se ha conseguido en menos de un año, al contrario que en otras ocasiones, no significa que no sea segura. Los ensayos clínicos son los que son, igual que las pruebas clínicas, por lo que es segura. Para que una vacuna salga al mercado ha sido vacunada antes mucha gente. Además, siguen en continua vigilancia incluso estando comercializando. El miedo se genera de la desinformación. La decisión se debe basar en un conocimiento y en la información, nos la debemos poner todos. Si queremos salir de esta situación, simplemente por solidaridad, hay que hacerlo. Todos debemos arrimar el hombro, es una cuestión de salud pública. No solo por protegerte a ti, sino proteger al resto", advierte Duque.
Por su parte David Menacho, advierte de un más allá; la desconfianza: "Creo que no existe miedo, sino que las continuas mentiras que desde el Gobierno se han dicho han generado una desconfianza que se ha generalizado", pero repite: "Medicamento o vacuna que sale al mercado no depende de ningún Gobierno, lo gestiona una agencia, que son las que llevan a cabo los estudios de seguridad y eficacia para que después salga al mercado. Por la carrera y la inmediatez se ha generado cierta inseguridad. Si llega a la calle es porque está absolutamente controlada, ¿qué puede llegar a dar un problema? Puede ser, pero porque no hay nada al 100% que no asegure efectos secundarios; todos generan, pero en la balanza debe ganar la seguridad y la eficacia".
Y continúa: "Debemos hacernos la siguiente pregunta, ¿cuánta gente necesitas que se haya puesto la vacuna para que tú creas que es segura? Es que igual estamos hablando de que hasta 50.000 personas se han podido poner la vacuna en la última fase. ¿Somos conscientes de la cantidad de fármacos que consumimos diariamente? ¿Por qué asumimos consciente o inconscientemente que un medicamento tenga un efecto secundario menor para curar una patalogía que las vacunas, cuanto estas salvan vidas?"
Guillermo Martín, por su parte, alude a una falta de familarización con los procesos de creación a un nuevo medicamento o vacuna: "Debemos tener en cuenta que si esta vacuna ha generado dos reacciones alérgicas es algo totalmente normal, porque pasa a diario con todas las vacunas del mundo. Además, también se atribuye la inseguridad al tiempo, pero es que en este caso se ha invertido mucho dinero y recursos humanos, por lo que se han disminuido los tiempos de fabricación y producción. Va a ser igual de buena que todas".