Salamanca ha abrazo, gracias a Manos Unidas y su campaña contra el hambre, un año más a la Plaza Mayor. En su decimotercera edición cada uno de los arcos que forman el lugar más representativo y emblemático de la capital y provincia charra se ha llenado de carteles que pretenden tender la mano al mundo en sus cuatro lados; Norte, Sur, Este y Oeste. 'Nuestra indiferencia los condena al olvido' recuerda este año el lema de la campaña de Manos Unidas.
Así, en una manifiesto que pretende ser la voz de todos se ha declarado "la gerra contra el hambre", empujando a cada uno de los allí presentes, así como a cada salmantino que lo considere, a moverse y a actuar. Y como muestra de movimiento, se ha elegido la pedagogía de la bicicleta que "ayuda a comprender la necesidad de actuar, de ir, aunque nuestra comodidad y pereza nos suplique que nos quedemos, porque el amor siempre está en movimiento". Precisamente, de ello es símbolo la bicicleta, de "mantenerse en pie, en equilibrio, cuando está en marcha, avanzando...".
Desde Manos Unidas se hace un llamamiento a tomar dolorosa conciencia de la situación, a trabajar contra la desigualdad que alimenta el hambre, a denunciar la injusticia, facilitar las condiciones de vida digna y a promover la austeridad. También se alienta a evitar el derroche y el despilfarro, así como a animar al coherencia y el compromiso, a sumar manos para multiplicar panes y restar penas y a crecer en generosidad.
El acto terminó con las siguientes palabras: "Un solo obstáculo sería insuperable: creer que la victoria es imposible. Todos unidos, TODOS UNIDOOS, podemos mucho más de lo que creemos. ¡Declaramos la guerra al hambre!".