Perfumerías Avenida sacó el rodillo (48-91) ante un Sant Adrià que no fue rival ante un equipo con ganas de sacudirse cualquier mala sensación o polución. Pasó el centella con defensa, velocidad y buenos porcentajes en el tiro
Una derrota en Liga y un partido con un juego irregular habían provocado cierto desasosiego en las filas de un equipo que busca, por muy difícil que sea alcanzarla, la perfección. Al menos lo que entiende por la misma una entrenador y que no es otra cosa que la máxima entrega individual al servicio del talento propio y grupal. Miguel Ángel Ortega no quiere que sus jugadoras vayan 'por libre' y eso es lo que él calificaba como la polución que a limpiar.
La mejor manera de hacerlo es trabajando, entrenando y jugando para demostrar que el mensaje se ha cogido y por lo visto, el plantel de Avenida lo ha pillado. Ante Sant Adrià, al que cabe elogiar su apuesta por seguir tirando con confianza de su cantera, se presentaba un partido favorable porque el equipo salmantino tiene un plantel claramente superior pero hay momentos en que también se mira el cómo se gana y el equipo de Ortega salió a la pista con la determinación de imponerse pero también de convencer. Si eres tan superior demostrarlo es importante.
Firmó unos primeros 20 minutos casi perfectos y aun con clara ventaja bajó lo justo el pistón. Se podía esperar a un rival motivado, excitado como recién ascendido ante la visita del campeón y lo que logró Avenida fue convertir esa adrenalina local en nervios gracias a una defensa asfixiante que cortocircuitó los primeros ataques locales. Robos constantes, entregas malas, manos en líneas de pase y balones recuperados para poder correr y resolver ante el aro local. En cuatro minutos el primer tiempo muerto del banquillo del Sant Adrià que sólo había sumado dos puntos hasta un parcial que se alargó hasta el 2-18.
Atacaba muy cómodo el equipo salmantino que además movía bien la bola cuando le tocaba enfrentarse a su rival en estático. Con 9-29 acabó el primer parcial y el camino que cogió el segundo fue similar incorporándose además el acierto desde 6,75 con Asurmendi y Quevedo asumiendo esos tiros que se pide que se hagan más.
Sant Adrià intentaba correr cuando podía o lanzaba en cuanto tenía ocasión y de ahí sus puntos hasta el descanso, 20 en total. Lo intentaba, quería atreverse pero se topaba con la superioridad física y las ganas de un Avenida que pasaba ya el rodillo en el entretiempo, 20-54.
La superioridad de la escuadra salmantina se mantuvo en la reanudación porque un 5-0 de parcial favorable a las locales respondía Avenida con un 0-8 y así aumentaba su renta. Pudo frenar el ritmo de juego el susto que sufrió Robinson tras un mal golpe en el cuello pero finalmetne se pudo levantar y aunque se fue al banquillo, el resto siguió a lo suyo. Tanto que acabó el tercer parcial con la máxima renta después de una serie de aciertos de Asurmendi, Robinson y Abdi, 33-76.
Los últimos diez minutos jugados ya por inercia, con reparto de minutos para igualar esfuerzos, aprovechando los ataques que la presión de las defensas ya no existía. El único lunar lo puso Nicholls, que acabó fuera, tras sendos piques con Coulibaly y Reisingerova sin darse cuenta de que no merecía la pena tal y como iba el marcador. Al final más de 40 puntos de diferencia, la real entre ambos equipos hoy por hoy, ambos con distintos objetivos evidentemente y Avenida ha recuperado, si lo había perdido, el camino hacia el suyo.