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El fisioterapeuta salmantino de la selección española ha obrado muchos milagros. El último, ‘resucitar’ a Santi Cazorla en su clínica de Salamanca cuando ya le daban por ‘muerto’. El secreto se llama trabajo y confianza.
Algo tendrán sus manos (y su cabeza) cuando las bendicen... y no es para menos. Juan Carlos Herranz, salmantino de 44 años, se ha convertido en un auténtico ‘salvavidas’ para los deportistas que quieren recuperarse de una grave lesión, le van los retos.
El último milagro que ha obrado desde su clínica ubicada en el salmantino barrio de Garrido (aunque a él no le gusta llamarlo así) tuvo como protagonista a un doble Campeón de Europa como Santi Cazorla (Lugo de Llanera, Asturias, 13-12-1984), casi desahuciado por los médicos de Londres, quien tuvo que pasar una y otra vez por el quirófano, sufrir una reconstrucción del Tendón de Aquiles y otra serie de ‘perrerías’ porque él no quería hacer simplemente una vida normal; su objetivo era volver a jugar al fútbol a primer nivel tras dos años de calvario.
Y así fue cuando ‘debutó’ como titular con el Villarreal en el primer partido de Liga, después de una gran presentación con el equipo gracias al mago Yunke, desatando la alegría entre la afición. Pero, antes, entre el 10 de julio de 2017 y el 6 de julio de 2018, Cazorla y Herranz unieron de nuevos sus caminos para ser uña y carne; o incluso algo más.
Infinidad de horas de trabajo, cenas en la camilla, partidos de fútbol en la clínica y muchas lágrimas después, aunque a Herranz no le guste llamarlo así, obró el ‘milagro’. Pero no lo hizo solo, porque sin su equipo formado por el cirujano Mikel Sánchez y el preparador físico Arturo Martínez, nada de esto habría sido posible.
Solo ellos saben lo que sufrieron, padecieron y pasaron para poder lograr llegar a los Campos Elíseos de París tras un Tour de Francia muy duro, en el que pudieron cruzar la meta con el maillot amarillo gracias al hecho de haber cumplido cada etapa y a tener una cabeza que ya quisieran muchos. ¡Ah! Y gracias a las ‘manos de Dios’… que encima están en Salamanca.
‘MILAGROS’: “No obro milagros, ni mucho menos (sonríe)… No son milagros, todo es trabajo. Es verdad que hay mucha gente que acude a mí para tratar sus lesiones porque tiene confianza en lo que yo hago. Ésa creo que es la clave, además de ver los resultados”.
"Un buen jugador sin cabeza nunca llegará a ser nada, pero un futbolista con menos calidad o técnica, pero con cabeza puede llegar donde quiera"
LA RESURRECCIÓN DE CAZORLA: “La verdad es que fue duro, muy duro porque fue un proceso largo con muchas subidas y bajadas, también con muchas lágrimas. Se trataba de una lesión muy complicada y no había unas garantías de que todo pudiese salir bien, no nos vamos a engañar. Durante este tiempo tuvo que pasar muchas veces por el quirófano, superar una infección, reconstruirle el tendón de Aquiles con una plastia y fue difícil saber qué tratamientos llevar a cabo. Lo estudiamos bien y, por suerte, todo salió a la perfección”.
‘DEBUT’ CON EL VILLARREAL: “Aparte de lo profesional, con lo que me quedo es con el aspecto humano, porque hemos sufrido mucho con esta recuperación, especialmente él, claro. No solo me sentí muy feliz porque volvió a jugar al fútbol de primer nivel, sino porque está siendo el mejor. Fue un placer verle jugar de nuevo…”.
EL PROCESO: “Comenzamos a trabajar con Santi un 10 de julio de 2017 y terminamos el 6 de julio de 2018. Ha sido un año de un duro e intenso trabajo, pero no solo por mi parte. Tengo que destacar el gran trabajo de todo el equipo con el cirujano que operó a Cazorla, Mikel Sánchez y el preparador físico Arturo Martínez. El responsable, por decirlo de alguna manera, era yo, pero no hubiésemos podido ganar esta ‘guerra’ sin ellos. El día a día de Cazorla en Salamanca no era fácil. Se levantaba, desayunaba, iba a pilates, luego a la piscina y venía a la clínica a tratarse. Comía, dormía la siesta y volvía aquí para trabajar. Ha habido muchos días que hemos cenado en la camilla…”.
"Con Santi fue un proceso largo y duro, con muchas subidas y bajadas, también con muchas lágrimas"
‘FISIO’ Y PSICÓLOGO: “Creo que al final, lo más importante es ponerte en la piel del otro, en el pellejo de cada persona y crear una empatía para poder entender lo que puede estar pasando. Yo llevo 20 años en esta profesión trabajando con deportistas y famosos y no es fácil. Pero sí es cierto, que en el caso de Santi ha habido muchos momentos durante el proceso en lo que fue él el que me animó a mí y me consolaba. La claves, y lo hablamos muchas veces, era afrontar este procedimiento como el Tour de Francia, con el objetivo de pasar todas las etapas antes de llegar a los Campos Elíseos de París. Primero tenía que subir una escalera, luego un bordillo, luego otro paso… y así poco a poco. Fue la clave”.
FAMOSOS Y DEPORTISTAS: “Durante todos estos años he tratado a deportistas y famosos, pero no puedo decir nombres porque muchos han acudido a mí por la confianza, por el boca a boca o porque al final ven que hay resultados. Pero también lo han hecho buscando el anonimato”.
AÑOS DORADOS DE LA SELECCIÓN: “En el año 1999 comencé en las categorías inferiores de la selección y desde el año 2005 me incorporé con la absoluta. Lo más importante en este trabajo, al margen de los éxitos es el hecho de prevenir las lesiones y que el futbolista llegue de la mejor manera posible a un partido o un entrenamiento o poder recuperarle si cae lesionado. Un futbolista o un deportista sano y con confianza tiene mucho ganado. Y eso en la selección es muy importante”.
LA CABEZA, EL PUNTO DE APOYO: “La cabeza lo es todo. En la vida en general, pero para un deportista aún más. Un buen jugador sin cabeza nunca llegará a ser nada, pero un futbolista con menos calidad o técnica, pero con cabeza puede llegar donde quiera. Es muy importante y más para poder superar una lesión, es fundamental”.
¿POR QUÉ ELIGEN A HERRANZ?: “Bueno, es quizá no me lo debes preguntar a mí (bromea). Creo que, al final, lo más importante es que la gente confía en mí porque ve resultados y por eso me busca o contacta conmigo. Son muchos los que han pasado por la Clínica y con resultados positivos”.
HORAS Y HORAS DE TRABAJO: “En el plano personal yo lo llevo bien, claro. Los que lo sufren son mi familia y amigos porque invierto mucho tiempo en este trabajo, creo que en ocasiones me puede la responsabilidad y me vuelco mucho en el trabajo. No sé si podré seguir así mucho tiempo o no, pero no hay horarios…”.