Unionistas 'juega en casa' en su visita a Zamora
El club ha despachado ya más de 1.300 entradas
Perfumerías Avenida ganó, y menos mal. Un triunfo vital y muy sufrido ante Nadezhda, 67-58, que mantiene con todas las opciones abiertas al equipo salmantino.
Cuando se ha alcanzado la sexta jornada de Euroliga en una liguilla y no eres líder destacado con prácticamente todo ganado, cada partido ya empieza a ser una final y sobre todo si tienes aspiraciones ambiciosas como es el caso de Perfumerías Avenida. Si encima juegas en casa la posible necesidad se convierte casi en obligación. Esa imposición también la compartía de inicio Nadezhda en su caso porque porque su bagaje de victorias-derrotas le situaban ya cerca del KO.
Con esa carta de presentación era lógico esperar un partido a tumba abierta desde el minuto uno, y así arrancó con intercambio de canastas en ambos equipos que iniciaron el duelo buscando a sus jugadoras interiores. En Avenida salió en el quinteto Laura Nicholls, que demostró desde el minuto uno haber asumido a la perfección el que para algunos fue 'castigo' del pasado sábado. Fuerte al rebote, centrada atrás y sumando puntos en un comienzo igualado que empezó a desequilibrarse a los cinco minutos merced a los problemas del equipo ruso para superar la presión local.
Seis puntos de Silvia Domínguez -un dos más uno y un triple-, permitieron al equipo de Ortega acumular ocho puntos de renta sacudiéndose también en ese inicio los problemas que suele provocar la defensa zonal. Y es que sí, también Nadezhda apostó por protegerse así y tras un tiempo muerto y acelerando su ataque -merced también a que con los cambios Avenida perdió defensa abajo-, y también aprovechando que desapareció el acierto exterior local volvió a igualar el duelo, 18-16.
En los dos primeros minutos del segundo parcial dio tiempo a una racha a favor de Avenida, otra a favor de Nadezhda, intercambio de errores y aciertos y dos tiempos muertos. Ninguno de los dos lograba dar continuidad a su juego con Avenida con problemas ante la zona y la única solución exterior de la mano de su capitana y con el equipo ruso cometiendo errores forzado por la defensa presionante. Eso sí, se mantenía siempre muy cerca en el marcador con Cannon creando muchos problemas bajo los aros -sólo Nicholls y a veces podía con ella-.
Cherepanova defendida entre Quevedo y Givens (Foto: De la Peña)
Un triple de Moss sobre la bocina permitía a Avenida irse seis arriba, 40-34 pero la sensación aun era de que iba a tocar remar para poder celebrar la victoria.
Misma tónica para volver a la pista. Zona de Nadezhda o individual con fuerte presión sobre Silvia Domínguez, y Avenida forzando en la búsqueda del error, aunque insistiendo en una ayuda de grande a pequeña que le daba aire a su rival.
Manteniendo rentas cortas el equipo local que con cinco arriba veía dos ataques frenados por sendas faltas de ataque de De Souza y encima Cannon con un triple igualaba el duelo, 45-45 antes de que Jones situara a las suyas por delante, 45-47 en un momento en el que Nadezhda ofrecía mejores sensaciones. Ni por dentro ni mucho menos por fuera -¡qué llegue ya Mestdagh!, daba por pensar-, encontraba soluciones Avenida que anotó cinco puntos en un paupérrimo cuarto, 45-49.
Erika De Souza postea ante la defensa de Tikhonenko y Cannon (Foto: De la Peña)
El atasco de Avenida, en la pista y parecía que incluso fuera de ella, era notable. Arrancó con un quinteto extraño -por aquello de lo que había en juego-, el último parcial en el que siguió mal al rebote concediendo segundas opciones, sin decisión en ataque aunque con Givens y Elonu ya en pista llegó la urgente reacción porque Nadezhda se había ido seis arriba. Y así se entró, 56- 56, a cinco minutos del final con el futuro en juego.
Ahí empujó Würzburg hasta los balones que otras veces no quieren entrar y Avenida volvía a verse por delante y es que las riendas del partido eran de las tres de casi siempre, Elonu, Givens y Silvia Domínguez. Nicholls, casi sobre la bocina, situaba cinco arriba a las locales y así se entraba a minuto y medio para el final.
Fundamental una canasta de Robinson tras asistencia de Silvia Domínguez para coger aire suficiente en esos últimos metros y, por fin, poder respirar tranquilos y con vida.