Sábado, 25, Noviembre, 2017
Desde que dejó País Vasco para volver a las tierras que lo vieron nacer, Dimas Canete, no ha dejado de luchar y aprender sobre la apicultura cada día. Al regresar de Bilbao montó un bar cerca de la plaza de toros con su esposa y, tras una recomendación del médico por un problema pulmonar, dejó el oficio y se dedicó a la 'vida tranquila' de las colmenas.
"Todo comenzó con 4 colmenas, después llegó la fundación de Reina Kilama con unos 26 socios y ahora ya son 130", ha asegurado con nostalgia Canete a TRIBUNAsalamanca.com durante la VIII Feria Apícola de Aldeatejada.

Las dos hijas de Dimas Canete: Pili a la izquierda y Vanesa a la derecha. (Foto: David de Jesús)
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