Alerta patrimonial: la casa del licenciado Andrés López de Talavera está "muy deteriorada y en situación de abandono"

La asociación Hispania Nostra incluye el inmueble en su Lista Roja del Patrimonio y señala el pobre estado de conservación del inmueble, levantado en el siglo XVI en Ciudad Rodrigo.

Miércoles, 25, Mayo, 2022

La asociación Hispania Nostra vuelve a sacar los colores al patrimonio salmantino incluyendo la casa del licenciado Andrés López de Talavera, sita en Ciudad Rodrigo, en su Lista Roja del Patrimonio. Ésta enumera "aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el objetivo de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración".

 

La mirobrigense casa del licenciado Andrés López de Talavera data del siglo XVI y cuenta con protección estructural, pero su estado de conservación no es el mejor. Según el extracto que publica Hispania Nostra, la estructura "se encuentra muy deteriorada y en estado de abandono. Cabe añadir el hecho de que se permite el aparcamiento de coches frente a su fachada. Debido a la estrechez de la calle, al estacionar, los automóviles prácticamente rozan la misma, lo que supone un factor más para su deterioro, al tiempo que no dejan espacio para el paso de peatones". El motivo de inclusión es que "el abandono por parte de los actuales propietarios está agravando la situación de deterioro actual".

 

Con la adición de este palacete mirobrigense, la Lista Roja de Salamanca acumula ya 43 edificios entre capital y provincia.

 

Historia y descripción

 

La casa del licenciado Andrés López de Talavera "se sitúa en la calle Díez Taravilla nº 8, llamada antiguamente campo de Talavera". El edificio "está construido en su mayor parte con sillería de piedra proveniente de Ciudad Rodrigo. Su apariencia es muy sencilla, con escasa decoración, y consta de tres plantas. La planta superior cuenta con tres vanos sin decoración, abiertos con balcones individuales, sin vuelo, que no se hallan en línea con los de la planta principal. De los tres vanos, el de en medio provocó la desaparición de la mitad superior del escudo principal de la familia, en su ampliación, el cual estaba cuartelado con calderas y lobos en su interior. Otro escudo se cegó anteriormente".

 

En cuanto a la planta principal, "en esta se abre un balcón corrido en el que se encuentran tres grandes vanos con marcos moldurados. En la planta baja se sitúa la entrada principal con una puerta maciza de madera con decoración de detalles geométricos. La flanquean dos amplios vanos rectangulares con rejería de buena factura. Sobre el de la derecha, se colocó el escudo de los Rodríguez".

 

Respecto a las fachadas laterales, que dan a las calles Talavera y el Almendro "son muy sencillas, sin ornamentación, únicamente con la apertura de vanos sin decoración. Tan solo uno de ellos, abierto a esta última calle, incorpora un balcón, el cual está en línea con el perímetro de la fachada. Una rejería sobre este, permite la apertura hacia la calle. Tal vez la estrechez y el carácter sinuoso y secundario de estas vías, motivó esta disposición, de una casona ya de por sí austera en cuanto a su concepción ornamental".

 

Por otro lado, "la fachada posterior está decorada con dos miradores de madera muy deteriorados por los que se introducen y anidan diversas especies de aves. Asimismo, el inmueble se ve afectado en esta parte por las inclemencias del tiempo, lo que contribuye de modo significativo a su deterioro. Este lado del palacio se abre hacia un patio trasero delimitado por unas sencillas tapias que corresponden a las mencionadas vías de Talavera —por donde tiene su acceso desde la calle a través una sencilla puerta de rejería— y del Almendro, hacia donde mira la modesta vivienda del portero, hoy vacía, tras el fallecimiento del último en ocupar dicho cargo y que se encargaba, entre otras actividades, del mantenimiento de la finca".

 

El origen del edificio se remonta a Andrés López de Talavera, quien se afincó en Ciudad Rodrigo en la segunda mitad del siglo XVI, ocupando varios cargos municipales. 

 

En 1750, extinguida la sucesión legítima, era poseedor del mayorazgo su sobrino José Antonio Ramírez Escobar y Pacheco, regidor de Béjar, alférez mayor y alcaide del palacio ducal.

 

A principios del siglo XIX, vivía en esta casa el gobernador de la ciudad Luis Martínez de Ariza a quien sus habitantes acabaron ajusticiando en un levantamiento popular, acaecido en vísperas de la Guerra de la Independencia, al considerarlo ‘afrancesado’ y traidor a los intereses españoles.

 

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