La piedra dorada. La que adorna las calles de Salamanca y la que le confiere a los monumentos charros ese caracter sin igual y tan único que despierta la admiración de todos los que la visitan. La piedra de Villamayor es, sin duda, una piedra especial por sus características, blanda y fácil de tallar. Son muchos los canteros que la han utilizado a lo largo de la historia para grandes creaciones, no hay más que pasear por las calles de Salamanca, y ahora será el material que permita construir, por primera vez en la historia, una bóveda elíptica inédita hasta ahora.
Se trata de un proyecto puesto en marcha gracias a Enrique Rabasa, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y uno de los organizadores del II Congreso Nacional Arte de la Cantería, que pensó en la construcción de esta bóveda con piedra de Villamayor como un proyecto para un grupo de canteros franceses durante su estancia Erasmus en España.
"Contamos con la colaboración de una compañía de canteros franceses de origen medieval que siguen trabajando. Tienen un nivel casi universitario y me comunicaron que querían hacer un Erasmus en España. Les propuse que hiciéramos esta bóveda y les pareció muy bien. Un grupo de 15 aprendices estuvo en enero en Villamayor durante 15 días y comenzamos a hacer el trabajo, todavía queda y tendrán que continuar, por lo que el próximo año vendrá otro equipo de aprendices distinto para terminarla", cuenta Rabasa.

Lo particular de esta bóveda es que, aunque se diseñó a finales del siglo XVIII, no ha sido construida nunca hasta la fecha. Su origen nos lo cuenta Enrique Rabasa: "Bóvedas para cubrir un espacio que tenga una forma oval o elíptica ha habido muchas desde el Renacimiento, pero todas estas bóvedas tienen algunos problemas particulares cuando se construyen en piedra tallada. A finales del siglo XVIII Gaspard Monge, que tiene una especial relevancia en la construcción en piedra, inventa una manera de resolver la bóveda que resuelve todos los problemas anteriores. Durante el siglo XIX todos los libros que se dedican a la esterotomía de la piedra ofrecen esta solución dibujada, pero no se ha construido jamás porque las piezas tienen un corte difícil, son difíciles de dibujar y son todas ellas distintas entre sí, unas muy grandes, otras muy pequeñas, y presenta algunas dificultades técnicas".
Sin embargo, ahora será posible su construcción gracias a dos factores. Por un lado, el uso de la tecnología y del ordenador, ya que "nos resulta más fácil resolver algunos problemas formales y encontrar la estrategia más adecuada para tallar la piedra". Por otro, las características de la piedra de Villamayor, "especialmente fácil de trabajar".
La bóveda se compone de 96 piezas, "unas grandes, otras pequeñas, con formas retorcidas y difíciles, pero cuando se reúnen queda muy elegante". Su construcción ya ha comenzado y durante su estancia en Villamayor el primer grupo de aprendices de cantería fabricó algo más de un tercio de las piezas. Por su parte, el segundo grupo de canteros franceses, que llegará en los próximos meses desde Francia, elaborarán el resto de piezas grandes porque "ellos tienen mucha habilidad y van más deprisa". El resto de piezas, las más pequeñas, las tallarán los alumnos del Taller de Cantería de la Escuela de Arquitectura de Madrid, una asignatura optativa de la escuela para conocer el trabajo sobre la piedra. En total, serán cerca de medio centenar de personas las que colaboren la elaboración de esta bóveda.
Esta pieza, que tiene unas dimensiones de 4x3 metros y una altura de un metro en el centro del espacio interior con un espesor es de unos 40 centímetros, se quedará en Villamayor. Ahora es el Ayuntamiento armuñés el que estudia la ubicación. "Se construirá un espacio para que la bóveda quede elevada y como tiene que quedar, lo ideal es que cubra una sala de planta oval", concluye.