Flojo partido en el Helmántico con el Salamanca CF UDS con diez desde el 56. Se puso por delante a trece del final pero no aguantó y la grada se revolvió contra el entrenador (1-1).
Con cuatro caras nuevas en el once inicial respecto al que se despidió en diciembre del Helmántico, se plantaba el equipo de nuevo ante su afición en el primer partido como local de 2022. Novedades forzadas, buscando dar un giro absoluto de timón a la nave en zozobra blanquinegra tanto en juego como en resultados. En cuanto a lo primero, con esas cuatro novedades, un dibujo distinto al habitual con dos referencias arriba y una línea de cuatro que se adelantaba a la presión cuando el Leganés B sacaba desde su portería -siempre jugando al pie-, y que se juntaba mucho con la zaga, ya en propio campo, cuando el rival superaba esa primera fase de empuje local.
El filial madrileño aguantaba los primeros minutos en los que los locales intentaban llevar la iniciativa moviendo bien el balón, sin prisa pero también es cierto que en el primer tramo sin apenas profundidad. Jugaban los de Leganés con la ventaja de su mejor situación clasificatoria y de saber que el paso de los minutos podía llevar a alguna urgencia, y consiguiente, error a los de Calderón. Sin ocasiones, y sin apenas pisar el área, transcurría el primer cuarto de hora.
Fue pasado el minuto veinte cuando llegó la que se podía considerar primera ocasión clara para el Salamanca CF UDS después de que Manu Moreno, que intentaba tener protagonismo, sacaba un buen centro que cogía fuerza y se iba hacia el segundo palo para caer a los pies de un Juancho que, sin espacio para armar el disparo, tan solo la pudo tocar pero tenía muy encima el portero. Imposible de superar.
Ocasión esporádica como también lo fue la mejor aproximación del Leganés B, tras un desajuste en la medular por no seguir Amaro a su par que propiciaba que Alex se plantara en carrera en la frontal y buscara la escuadra con su disparo. Se le fue arriba.
Y a partir de ahí y hasta el descanso poco, muy poco que contar. Mucha brega, barullos, pelea por el esférico pero poco criterio en uno y otro lado para trenzar alguna jugada que despejara el horizonte. Un envío al área visitante con tímida petición de mano y pitido del colegiado para buscar el túnel de vestuarios.
Retocó su centro del campo Calderón en el receso dando entrada a Ribeiro y también hubo cambio en el equipo visitante y en el intento de uno y otro por hacerse con el control del duelo en lo que entro es en una fase de descontrol que al menos dio para que se llegara con más peligro a las áreas, aunque fuera más por desaciertos del rival que aciertos propios. Tuvo una buena ocasión en un remate de cabeza Murua, que sacó el portero visitante, y poco después era Salcedo el que atrapaba un balón muy peligroso que hasta tres jugadores del Leganés B con situación favorable no llegaron a rematar bien.
En ese descontrol estaba el partido cuando llegaba la acción que dejaba al Salamanca CF UDS con diez tras agarrar Murua a Diego que se marchaba solo buscando a Salcedo. Al menos evitó hacer penalti porque la falta fue en la frontal. Para recomponer la situación, Calderón optó por un triple cambio que no agradó a buena parte de la grada porque en el movimiento sacaba a dos de las novedades de ataque que han llegado para buscar el ansiado gol, Moreno y Mikel Bueno lo que dejaba a Juancho como única referencia arriba, y se elevaban algunos gritos desde la grada pidiendo la marcha del técnico.
Podía parecer que la presencia arriba solo de Juancho era poca dinamita para lo que necesitaba el Salamanca CF pero al ganar más músculo y velocidad en la zona media ganó en empuje ante un Leganés B que no encontraba quien diera orden y profundidad a su juego y que parecía cada vez más conforme con el empate. Se echaba cada vez más atrás y los locales merodeaban el área con un Juancho que probaba al portero en una gran acción.
Se lamentaba la grada pero la acción continuaba y en ella el balón regresaba al corazón del área donde se plantaba sin marca Ribeiro para con tiempo recoger el esférico y golpear con fuerza encontrando por fin el fondo de las mallas. En el momento más delicado, cuando la grada ya apuntaba directamente al banquillo y cuando en inferioridad todo se podía poner más en contra, llegaba un tanto que parecía un flotador.
Pero pese a la aparente inoperancia atacante del Leganés B y al subidón que podía suponer ese tanto, la realidad es que el barco del Salamanca CF UDS está lejos de ser de acero, más bien es de papel y bastó un buen centro lateral para demostrarlo porque el balón que puso Alba al corazón del área lo cabeceó sólo, sin oposición Diego, al fondo de las mallas en el 89.
Ahí arreció el temporal, de nuevo los gritos de Calderón dimisión de parte de la grada que un día más se marcha a casa sin encontrar a un Salamanca CF UDS no que ilusione, pero al menos distinto.