El Servicio de Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca ha organizado la exposición 'La Folklórica', de las artistas María Martín González y Elena Pérez Cuesta, y que ha sido presentada este lunes por Luis Barrio, director del SAC; Diego del Pozo Barriuso, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes; y las dos artistas.
'La Folklórica', que podrá visitarse hasta el 5 de junio, es "el resultado de renombrar la tradición charra mediante conceptos como “la diva”, “el coqueteo” y “lo chocarrero”. Su intención es conseguir un acercamiento de las canciones, bailes y trajes charros a la Generación Z, tratando de subsanar la brecha cultural actual. Por demás, responden a la necesidad de reapropiarse del folclore, exaltar su ambiente erótico-festivo y alejarlo de lo estrictamente institucional", han explicado.
Para ello, se sirven de una red de colaboración con la intención de alejarse de la idea de autoría, tal y como ocurre en el proceso de trasmisión de lo popular. Favorecen así una implicación juvenil directa en el proyecto con la ayuda de Andrés Vidal Martín en la grabación y producción de las canciones, Alejandro García en la masterización de las mismas y Mario Valle Bueno en el tratamiento de la madera de la pieza Trenzado.
El proyecto se compone de tres espacios que agrupan y clasifican las piezas: el espacio musical experimental, el de distintas corporalidades y el de las cosas.
El espacio musical experimental se sirve de las nuevas sonoridades para traer al presente la música folclórica. En él conviven los instrumentos y técnicas tradicionales junto a distintos elementos actuales, con la pretensión de acercar su esencia a las personas más jóvenes a través de unos medios atractivos y contemporáneos.
Por su parte, el espacio de distintas corporalidades analiza el cuerpo y su entorno en las danzas y bailes populares y se apropia de sus códigos no verbales a fin de "generar anacronismos plásticos y visuales con aspecto gracioso y saleroso, perpetuando el vínculo de los bailes y el ocio". En este espacio destacan los elementos de significación propios, como la asociación de los colores rosa y rojo con la juventud y la soltería o la relación de las danzas con lo ritual.
Por último, el espacio de las cosas lo conforman el Archivo de objetos, el Archivo fotográfico sobre papel pintado y la Mesa con gorrilla. "Reivindica el fin de la supremacía del ser humano sobre los objetos en las relaciones objeto-sujeto, proponiendo una nueva manera de conectarse con “las cosas'', en la que éstas tienen un factor agente por su valor afectivo", han apuntado.
"Lejos de lo etnográfico como una documentación antropológica o histórica, el acercamiento a estos elementos tiene que ver con la conexión entre imaginarios individuales y colectivos y con la “archi-memoria''. Por ello, esta recopilación se encuentra íntimamente atravesada por sus vínculos emocionales y sociales", han concluido.
Las autoras son estudiantes de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.