Durante años Salamanca ha vivido muy de espaldas a su río, el Tormes. Sus riberas no se prestaban a casi nada y fueron quedando al margen del desarrollo de la ciudad. Algunas estructuras como sus norias, construcciones como la fábrica de la luz o la pesquera de Tejares no pasaban por sus mejores momentos, abandonadas y en riesgo de perderse. Por fortuna, eso ha cambiado y con una importante inversión de fondos europeos Salamanca está a punto de completar su reconciliación con el río. La última piedra será el nuevo corredor verde entre el área del Marín y Salas Bajas.
Las obras están a punto de empezar. Adjudicado hace meses y formalizado el contrato, desde el consistorio aseguran que el inicio de las actuaciones arrancarán de forma inminente, en cuestión de días. Las obras se prolongarán durante un año si se cumplen los plazos previstos. El presupuesto es cercano a los 2 millones de euros y supone cerrar un itinerario verde de 13 kilómetros en los que la transformación ha sido total.
Desde que empezaron a ejecutarse las diferentes fases de la EDUSI Tormes+, se ha actuado en la permebilidad de los barrios trastormesinos, con nuevas pasarelas sobre el río y para salvar las vías del tren; se han recuperado elementos patrimoniales (pesquera de Tejares, noria de sangre...); se ha creado un nuevo centro de emprendimiento; se han creado los huertos urbanos y todo su complejo asociado; y se han transformado las riberas por completo.
Durante años, zonas como la que ahora recibe la actuación, la del Marín, han sido poco más que eriales o páramos perdidos, imposibles de aprovechar por la falta de actuaciones que pusieran 'orden'. Ahora eso se va a resolver con una actuación que es la 'guinda', uno de los mayores proyectos de Tormes+. Según el alcalde, la actuación cierra la gran zona verde en torno al río y aporta "un nuevo impulso" al futuro de Salamanca.
El corredor tiene 28 hectáreas, conecta con otras actuaciones que llegan hasta el límite con el término de Santa Marta y permite completar un espacio de 13 kilómetros de senderos y equipamientos a lo largo de las dos riberas del tormes.
Esta zona verde habilitará nuevas "áreas recreativas estanciales a lo largo de toda la ribera mediante perímetros circulares dotados de farolas, bancos y fuentes, ofreciendo reminiscencias al botón charro salmantino". También un parque de aventura junto a los huertos urbanos, un circuito de 'running' de 1,4 kilómetros en El Marín y otro ciclista de ocho kilómetros de longitud conectado con la actual red de carriles bici. En la práctica, los aficionados al ciclismo podrán ir desde Huerta Otea hasta Santa Marta. El nuevo proyecto municipal "cierra el gran corredor perimetral" del río.
En materia medioambiental, el Consistorio prevé plantar más de 100.000 elementos vegetales en 53.000 metros cuadrados de superficie y proteger las "zonas más inaccesibles" del Tormes como "reservas para la avifauna" mediante la instalación de 118 unidades de refaunación y el desarrollo de hábitats para las diversas especies del río.
Finalmente, el Ayuntamiento cree que este proyecto de corredor verde aportará beneficios económicos a la capital gracias al aprovechamiento turístico del río. Para ello crearán miradores en la ribera e instalarán un pantalán (un pequeño embarcadero) aguas abajo de Tejares para la práctica de deportes acuáticos, como el piragüismo.
Carlos García Carbayo resumió este plan como "el proyecto estrella" que "al fin" cierra la gran zona verde en torno al río y que aporta "un nuevo impulso" al futuro de Salamanca. El corredor verde, en otro orden, no afectará al parque de maquinaria de Huerta Otea. "Se reforestará" su entorno, pero nada más.
