Un informe realizado por cuatro politólogos e investigadores de la Universidad de Salamanca sitúa a la plataforma política de la España Vaciada en una corriente ideológica "ligeramente" ubicada más cerca del espacio de izquierdas, pese a sus intentos de desmarcarse de un lado u otro con el objetivo de comportarse como partido bisagra en gobiernos en minoría.
Se trata de un trabajo denominado 'Estudio multidisciplinar de la España vacía: retrospectiva y prospectiva', que ha presentado este martes la Fundación Alternativas y sus cuatro creadores: Alvaro Sánchez-García, investigador en Geografía Política y División Rural-Urbana; Pablo González, investigador en Comportamiento Política y Redes Sociales; Emma Turiño González, investigadora en Género, Democracia e Ideología; Rubén Cuéllar, investigador en Comunicación Política, Medios y Polarización.
En sus conclusiones, el informe asegura que la plataforma política de la España Vaciada pretende alejarse de la oposición izquierda-derecha por motivos estratégicos, "para alcanzar al mayor número de votantes posibles en fase de crecimiento". El objetivo último es, según apuntan, colocar a la España Vaciada como partido bisagra, que sea capaz de influir en las políticas de gobiernos en minoría parlamentaria.
Sin embargo, estos cuatro investigadores de la Universidad de Salamanca vinculan a la España Vaciada con "políticas altamente intervencionistas por parte del Estado, y por tanto, ligeramente ubicado más cerca del espacio progresista".
REGIONALISMO ASENTADO
Asimismo, el estudio explica que la España Vaciada queda fuera de la reivindicación de una identidad colectiva o nacional, por lo que así se diferencia de los regionalismos y de los nacionalismos periféricos hasta ahora coprotagonistas de la política autonómica y nacional.
Eso sí, los investigadores ven ciertos puntos de encuentro programáticos entre ambos espacios ideológicos, especialmente en comunidades tales como Castilla y León, Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha o Andalucía, "donde en mayor o menor medida existía un regionalismo asentado y que ya llevaba algunas de las medidas que exige la España Vaciada".
Con todo, el informe apunta a que el discurso social y político de la España Vaciada, respecto a las dos últimas décadas, "ha encontrado parte de su legitimación en la evidencia empírica y técnica proveniente de las universidades o en la militancia de los académicos en la denuncia y las propuestas de reversión de las problemáticas del medio rural".