El Mariquelo 'con poderío y sin límites', desafía a la lluvia y toca el cielo de Salamanca

El folclorista ha vuelto a subir a lo más alto de la seo salmantina y lo ha hecho ante cientos de personas que se aglutinaron en la Plaza de Anaya y la calle de La Rúa

Tamara Navarro
Lunes, 31, Octubre, 2022

De un "me hace especial ilusión" a "todo ha salido bien" pasó cerca de una hora. La que va desde que Ángel Rufino de Haro, 'El Mariquelo', ha llegado a la Plaza de Anaya de Salamanca rodeado de folcloristas para subir a lo más alto de la Catedral Nueva hasta que ha bajado a pisar tierra firme. "Todo año para mí es especial, subir arriba me da mucho poderío, hacerlo me transmite una paz maravillosa, dar gracias a Dios en estos tiempos cala los corazones", ha explicado a los medios de comunicación.

Un año más, y ya van 36, el folcorista charro ha cumplido con la tradición, este 2022 sin paseo a caballo, ante cientos de salmantinos protegidos por su paraguas, la que le lleva a subir hasta la parte más elevada de la seo de Salamanca como acción de gracias, un acto que comenzó en 1755, como una forma de agradecer a Dios que el terremoto de Lisboa de ese año, que se sintió en la ciudad, no destruyera la Catedral ni causara víctimas mortales.

Desde aquel año, uno de los miembros de la familia de los Mariquelo, que cuidaba el templo salmantino, subía hasta lo más alto para hacer sonar las campanas como símbolo de agradecimiento. Años después, y tras un tiempo en el que se rompió la tradición, en 1985 el folclorista salmantino la retomó y, tras adoptar el papel de heredero de los Mariquelo, comenzó a subir hasta la veleta de la Catedral, aunque ya en los últimos años se queda en la campana por el mal estado en el que están los últimos metros del hierro exterior de la cúpula del templo. 

La referida tradición se ha visto alterada esta vez por una lluvia persistente, lo que ha provocado que la Plaza de Anaya, delante de la Catedral, contara con menos público de lo habitual, cuando lo normal es que esté repleta de curiosos. En su llegada al reloj ha soltado la primera paloma "por la paz". 

Junto a la gaita y el tamboril, El Mariquelo, arriba del todo de la Catedral Nueva, ha tocado la ya tradicional charrada que compuso para este motivo y ha dado gracias a Dios, como es habitual en él, por poder "seguir subiendo", un hecho que "tiene de límite el cielo". Este año 2022, su esfuerzo ha sido dedicado a pacientes con enfermedades renales (ALCER) y hematológicas (ASCOL), además del recuerdo para algunos amigos ya fallecidos. 

En torno a las 12.00 horas, El Mariquelo ha llegado a la campana, llamada María de la O, tras media hora de subida y ascender los cerca de 300 escalones para hacer cima en los 200 metros de altura. "Tenemos que escuchar lo que el planeta nos quiere decir. La advertencia es seria, estamos comprometiendo el futuro de las generaciones que vienen. Debemos poner de nuestra parte todo lo que podamos para evitar contaminar más y acelerar el cambio climático. Tanto el cambio climático como la guerra provocan víctimas a las que hoy quiero recordar en esta acción". 

"El calor, el frío, el hambre, el sueño y el cansancio para un buen charro son estimulantes", ha añadido. 

 

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