Salmantinos en los campos de concentración: la historia de 35 prisioneros del nazismo

El experto Hilario Hernández explica que "se vieron atrapados en una espiral de violencia desde 1936" que desembocó en los campos nazis, donde 19 murieron

Daniel Bajo Peña
Domingo, 15, Enero, 2023

Europa se suicidó hace menos de un siglo cuando los nazis sembraron el este de Europa con campos de exterminio, de trabajo y de concentración y comenzaron a encerrar en ellos a cualquiera que no encajase con sus delirios raciales o sus disparates políticos. A finales de enero, dentro de un par de semanas, todo el mundo conmemorará la liberación de Auschwitz, el más famoso e infame de todos ellos, aunque la lista es mucho mayor.

Uno de los más conocidos en España es Mauthausen, precisamente porque allí fueron a parar miles de compatriotas arrastrados por los acontecimientos de la II Guerra Mundial. Un puñado de ellos, al menos 35, eran naturales de Salamanca o su provincia, según las investigaciones del bejarano Hilario Hernández. Forma parte de la asociación Salamanca Memoria y Justicia y lleva años reconstruyendo las peripecias de aquellos paisanos. 19 murieron en los campos y 16 sobrevieron.

 

Manuel García García (segundo por la derecha), de Salmoral, con un grupo de milicianos en Guadarrama en 1937 (Foto cedida por su nieto, Nacho García, y facilitada por Hilario Hernández)

"Hay 35 identificados y dudas sobre 2 o 3 más. Es un grupo pequeño, pero significativo, de una provincia sin frentes bélicos" durante la Guerra Civil, perteneciente además a un país neutral durante la II Guerra Mundial. Entonces, ¿cómo acabaron presos en el este de Europa? "El 18 de julio de 1936, cuando empezó la Guerra Civil, ninguno vivía en Salamanca. Habían emigrado por trabajo a Andalucía, Madrid y al menos dos, a Francia" y la guerra les pilló en territorio republicano, donde sirvieron como soldados o policías. Entre febrero de 1939 y agosto de 1940 los hechos históricos les atropellaron: huida a Francia de 450.000 españoles, inicio de la II Guerra Mundial, alistamiento en el ejército francés, capitulación ante los nazis y deportación a los campos de concentración. Según Hernández, se vieron "atrapados en una espiral de violencia desde 1936".

 

Un tema tabú

 

Mauthausen era un "campo de exterminio por trabajo" donde los prisioneros fallecían de puro agotamiento en las canteras anejas al recinto. En Mauthausen o en el subcampo de Gusen murieron 13 salmantinos, la mayoría "sin causas conocidas". El resto fenecieron en otros recintos como Hinzert, Dachau, Buchenwald o Hartheim, donde consta que José Manuel Criado Sánchez, de Robliza de Cojos, terminó en una cámara de gas.

Varios supervivientes fenecieron poco después de la liberación. Otros rehicieron su vida en Francia o América y o volvieron España durante los años 50, tras una amnistía. Tuvieron "muy pocos descendientes directos" y el tema "fue silenciado durante décadas" en sus entornos familiares, hasta el punto de que algunos de sus herederos no supieron nada hasta décadas más tarde.  

 

Una deuda moral

 

Hilario Hernández opina que la sociedad mantiene "una deuda" con aquellos paisanos. La asociación Salamanca Memoria y Justicia ha puesto su granito de arena tallando en el memorial del camposanto los nombres de las víctimas salmantinas del nazismo. 

La asociación ha hablado con la Diputación y con los Ayuntamientos de los pueblos donde nacieron (Agallas, Golpejas, Casillas de Flores, Alba de Tormes, Rollán, Tamames, Salamanca... y así hasta 28 localidades distintas) para que les dediquen un 'Stolpersteine' o "piedra de la memoria".

 

Lápida en el cementerio de Aldea del Obispo en memoria de Juan Álvarez Pineda. (Foto facilitada por H. Hernández y cedida por la familia)

Los 'Stolpersteine' son adoquines de metal en cuya cara superior se graba el nombre y la fecha de nacimiento de los asesinados por los nazis. Se colocan en la calle donde vivieron o nacieron las víctimas para que todo el que pase por allí conozca su historia. Hilario Hernández confía en que todos los Consistorios den el visto bueno al proyecto y que las piedras estén colocadas a lo largo de este año. También revela que dos represaliados (el periodista y escritor Mariano San Ildefonso y el cartógrafo de la Marina Joaquín García Bellido) estudiaron en el Fray Luis de León y que les gustaría organizar algún tipo de reconocimiento de mano del citado centro educativo. En resumen "hay que hacer algo, que las familias lo sepan, dedicarles placas, fotos..." para que jamás se olvide una de las mayores infamias de la historia.

  

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