La jeringuilla, el láser para la corrección de la vista y hasta los limpiaparabrisas del coche y el conocido típex, ¿sabías que son inventos desarrollados por mujeres? Ni muchos menos son los únicos. Aunque a lo largo de la historia no han sido pocas las veces que se han invisibilizado las aportaciones de las mujeres a la ciencia, hay descubrimientos con nombre de mujer que han marcado un antes y un después. Inventos, como algo tan sencillo como una jeringuilla, que nos hacen la vida mucho más fácil.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, repasamos algunos de los inventos que quizá desconocías que habían sido desarrollados por mujeres.
La jeringuilla, que en su momento supuso una gran innovación, fue desarrollada por la enfermera Letitia Munford Geer a finales del siglo XIX (en 1896).
A una mujer, a Martha Coston, también debemos la bengala de emergencia, un invento creado en 1859; y los cristales antirreflectantes que hoy en día se utilizan en gafas o lentes de cámaras, entre otros, fueron un invento de Katherine Blodgett, en el año 1938, científica que experimentó con recubrimientos moleculares aplicados al vidrio.
A Patricia Batch le debemos el láser para la corrección de la vista, desarrollado en 1986. Una pionera en su campo que facilitó la operación de cataratas utilizando el láser. Y a Bette Nesmith Graham el corrector líquido -más conocido como típex-, invento que creó en 1956 siguiendo la idea de los pintores que corregían sus errores pintando encima. Y ella fue más allá, porque creó su propia empresa para fabricar el típex y comercializarlo.
La próxima vez que vayas conduciendo y tengas que accionar el parabrisas del coche recuerda que este sencillo gesto es el resultado de un descubrimiento realizado por una mujer, Mary Anderson, en el año 1903. Suya fue la idea de que se pudiera accionar desde el interior.
Y otro invento, tan sencillo como importante. Fueron dos mujeres, Julia Montoussé y Julia Rodríguez-Maribona, las que en 1953 crearon la fregona, y posteriormente el dispositivo que lo acoplaba al cubo.
Marion Donovan, durante su maternidad, ideó los pañales desechables. Y no fue el único invento atribuible a esta mujer, porque suya también fueron las ideas de crear una jabonera que escurre el jabón o del hilo dental con su funda. En 1914, otra mujer, Florencia Parpart, inventó la nevera tal y como la conocemos hoy.
Y el wifi que hoy se ha convertido en una herramienta imprescindible también tiene nombre de mujer. Heidi Lamarr, una de las actrices de cine más glamurosas de su época, fue también una destacada inventora. Está considerada como la inventora de la tecnología precursora del Wifi y el GPS, ya durante la II Guerra Mundial.
En un pueblo recóndito de una España sumida en una larga postguerra, una mujer con inquietud y pasión por el conocimiento, patentó un artilugio que pretendía ser una suerte de libro mecánico que redujera el espacio ocupado por la gran cantidad de libros. Como si de un Julio Verne en femenino se tratara, la leonesa Ángela Ruiz Robles, soñó en 1949 con un invento que nadie entonces quiso comercializar pero que décadas más tarde, se convirtió en un objeto habitual para lectores y estudiantes, el ebook.