Si alguien pide concisión a la hora de resumir cómo fue el primer tiempo en el Reina Sofía se podría echar mano de aquella expresión de que fueron 45 minutos más malos 'que el wifi del vecino'. Poco muy poco que contar y lo poco, negativo para Unionistas que ni encontró ritmo ni tuvo acierto en lo poco que pisó área contraria y además se topó con un penalti raro porque fue 'faltita' pero que se pudo evitar a un jugador que iba 'huyendo' de la portería hacia la línea de fondo.
Hace quince días, sin poder sacar nada más que un empate, Unionistas y su juego convencían a los suyos de que por ese camino podían alejar antes o después la zona de peligro. El problema es que tardaron poco en generar dudas en 45 minutos muy malos ante el Linares, sensación que quedó aliviada por los tres goles y el amago de remontada que murió en la orilla, así que ante el Mérida se jugaba mucho en lo clasificatorio el equipo de Casañ pero también ponía sobre la mesa mucho de su crédito. Había que intentar dar un golpe en la mesa pero enfrente el rival consiguió minimizar a las primeras de cambio cualquier intento de salida imponente de los de Unionistas que no consiguieron coger ritmo en toda la primera mitad.
De hecho fueron 45 minutos anodinos, de demasiados errores y escasísimas combinaciones de más de tres pases, lastre que arrastraba a ambos equipos aunque en esa situación se veía más cómodo a un Mérida que sí la tocaba en su parte del campo dejando pasar el tiempo para buscar envíos en largo e intentar generar algo de desconfianza en la zaga local. En el minuto 25 llegó el primer córner del partido y no fue hasta el 27 cuando Unionistas obligó a salir en pantalla a Palomares aunque fuera para ver como un envío cruzado sobre su área pasaba entre él y Chapela sin que el punta de Unionistas pudiera llegar a remachar.
Foto: Arai Santana
Muy poquito bagaje para pensar en romper la igualdad en el marcador y si alguien se consolaba pensando que tampoco se habían pasado apuros se topó por sorpresa con un penalti de esos que se pueden evitar. Riguroso porque fue un ligero toque por detrás pero el árbitro decretó la falta y Bonaque no perdonó pese a que Salva le adivinó la intención.
No estaba bien Unionistas y se le ponía peor aunque en una llegada aislada pudo encontrar el gol porque dio con una de esas acciones que seguramente vaya a perseguir ahora mucho con Cristian en el campo. Centro al área de Juampa y el venezolano la caza de cabeza en el área pequeña. Tan bueno fue el centro y tan clara la ocasión en un entorno tan árido que el punta pareció sorprendido y le dio el tiempo justo para cabecear demasiado centrado justo donde estaba el portero.
Se iba el duelo al descanso así y lo hacía con la necesidad de que Unionistas encontrara cómo fuera y dónde fuera una forma de acelerar su juego y ser más incisivo. Sí que dio un paso al frente, aun a riesgo de dejar algunos espacios, y sumó algunas llegadas con peligro pero sin remates claros ni dar demasiado protagonismo a Palomares porque costaba finalizar o se iban fuera los intentos.
Del lo intento al quiero y apenas puedo, poco a poco Unionistas caía en rachas de desesperación porque ni uno de los córners que sacaba como principal argumento ofensivo encontraba un remate preciso. De hecho en las contras, con el equipo local totalmente partido, el Mérida tuvo un par de ocasiones peligrosas en botas de Lolo Plá.
En un intento postrero, otra vez a balón parado, tuvo la más clara el equipo local y el casi inédito Palomares apareció para evitar el gol de cabeza de Cristian que le ganaba a todos en el salto de largo pero topaba con el guardameta que confirmaba el destino de los tres puntos, rumbo a 'Emerita Augusta'.
