Alberto Miranda, el salmantino campeón de la Copa del Rey: "Lo importante es estar siempre preparado, trabajar y cuidar a las personas"

Dice un 'dicho' español eso de que 'la suerte te pille trabajando' y a este salmantino siempre le ha pasado

María Pedrosa García
Miércoles, 22, Febrero, 2023
Baloncesto

Es imposible, aunque tu criterio como periodista lo exija, ser objetiva ante ciertas personas y situaciones. Alberto Miranda, charro y segundo entrenador de Unicaja, reciente campeón de la Copa del Rey, es el ejemplo de que a las buenas personas la vida le responde con cosas buenas. El ex entrenador de Perfumerías Avenida dio el paso a ACB de la mano de UCAM Murcia para, posteriormente, dirigirse a Málaga, donde vive su segunda temporada de la mano de Ibon Navarro. El grito de "Ibon tiene un plan" se repitió desde la grada del Pabellón Olímpico de Badalona desde el primer día de la Copa, pero una parte, y en especial la defensiva, es obra de 'nuestro' salmantino. 

Con la camiseta 'azulona' el charro se ha hecho con dos Copas de la Reina. En concreto, como segundo entrenador, Miranda alzó la copa en la temporada 2004-2005 con José Ignacio Hernández de primer entrenador, en 2011-2012 con Lucas Mondelo al frente y, finalmente, en 2014-2015 como primer entrenador. 

DEL "MIEDO" TRAS EL DESPIDO A SER CAMPEÓN DE COPA DEL REY

Alberto Miranda fue destituido de Perfumerías Avenida en la temporada 2015-2016, después dio el salto a ACB con UCAM Murcia y su siguiente paso ya se ha contado. ¿Cómo lo vive teniendo en cuenta su recorrido? "Es extraordinario. He tenido la suerte de tener nuevas oportunidades laborales después de Salamanca. Creo que es el miedo de todos los entrenadores. Cuando te despiden, acabas una etapa - que todas se acaban, lo hagas bien o lo hagas mal, por el desgaste tan alto - tienes miedo de si va a surgir una nuevo. Tuve suerte de entrar en la ACB, que es una liga muy competitiva, muy cerrada y lo he conseguido. Ahora hemos tenido la suerte de reunir a un equipo que ha respondido a todo y que te da un título. Ibon Navarro fue despedido de Andorra y dos semanas después vino aquí y ahora mira donde estamos. La vida... nunca se sabe. Lo importante es estar siempre preparado, seguir trabajando y cuidar a las personas que tienes a tu alrededor", señala. 

 

LA CONSECUCIÓN DE UN TÍTULO

El Unicaja de Málaga ganó en la final al Lenovo Tenerife por 80 a 83 tras haber vencido en cuartos de final al Barcelona y en semifinales al Real Madrid. El peor camino para el mejor final. Coincide en que los equipos con cartel de favorito "son los que son" y que ellos adquirían el de "tapado", pero el cuerpo técnico del conjunto malagueño tenía un "presentimiento": "Por cómo funciona nuestro equipo, por cómo es la química entre ellos... teníamos la sensación de poder hacer cosas importantes. Veníamos a la Copa sin grandísimas expectativas, pero sin renunciar a nada. Con ambición y sabiendo que si hacíamos las cosas bien podíamos tener opciones". 

Posibilidades que pasan por el trabajo fuera de la pista. "Es verdad que teníamos un plan como dice la afición. Tenemos repartidas las tareas. Yo me encargo de la defensa, Ángel se encarga del ataque, Paco de detalles tácticos de situaciones especiales... cuando terminan los partidos nos ponemos a ver encuentro del rival, hacemos el análisis y elaboramos el plan poniendo en común lo que pensamos cada uno. Con ese plan vamos a los partidos. Se lo exponemos a los jugadores y ellos, tenemos la suerte que han creído en nosotros en todo. Y eso es lo importante. Que el equipo crea en lo que está haciendo y lo haga con toda la energía del mundo. Eso es lo que nos ha dado el punto con respecto al resto", explica. 

¿Cuántas horas has trabajado al día en la Copa? "A lo mejor... entre todos los días de la Copa habré juntado seis o siete horas de sueño. Más o menos. Una vez terminada la Copa yo estaba fenomenal, al día siguiente que he dormido cinco horas... estaba muerto. Cuando era joven aguantaba, ahora no bebo nada y tengo resaca (risas). Esto es increíble. Es mucho trabajo en poco tiempo, pero no puede ser de otra manera", cuenta. 

Un plus, la profesionalización del cuerpo técnico: "Es necesario. En cuanto falla una de las patas de la mesa, la mesa cojea y ya no funciona igual. Ha costado verlo. Hay que invertir en los cuerpos técnicos y en un staff capaz de dar soporte para que las jugadoras y jugadores estén cómodos y puedan hacer su trabajo de la mejor forma posible. Cuando me pongo a pensar en todas las tareas que acumula José Ignacio Hernández en aquella época como primer entrenador... me parece maravilloso que pudiéramos ganar aquello. Tiene mucho mérito. Con un gran staff puedes ganas, pero con menos staff y muchas ganas también se pueden hacer a veces milagros", finaliza. 

Foto Mariano Pozo para ACB

 

 

 

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