La 'revolución' del Real Madrid era palpable mucho antes de empezar el partido. Con la entrada a vestuarios repleta de gente para saludar, entre otros, a Raúl González, pocas veces ha estado tan llena la zona de Tribuna, en un ejemplo de la expectación que ha creado la llegada de los blancos a la capital salmantina. Eso sí, al margen de lo extradeportivo, centrémonos en lo importante.
De más a menos. Unionistas comenzó como el público, revolucionado. Con la tensión de jugar contra uno de los grandes y la confianza de haber logrado ganar los tres últimos partido, el conjunto a las órdenes de Dani Ponz jugó de tú a tú a los de Raúl González Blanco durante la primera media hora de partido. El once inicial, reconocible: Salva de la Cruz, Fran, Jon Rojo, Ramiro, Óscar Sanz, Losada, Nespral, De la Nava, Juampa, Antonio Leal e Iván Chapela. Y qué bien la vuelta de Nespral y De la Nava.
El equipo se ve mucho más sólido y consistente con los dos capitanes sobre el terreno de juego. Si a eso se suma el momento de forma de Juampa Barros y la calidad de Chapela... muchas cosas bonitas pueden pasar. Del 'y si...' pasar a la afirmación, por ejemplo. En defensa, vuelta a la dupla Leal-Ramiro, junto a un seguro Salva de la Cruz, que blocó todos y cada uno de los tiros firmados por el RM Castilla. De los mejores, el portero de Unionistas.
Los primeros minutos de juego transcurrieron de un área para otra. Primera internada de Unionistas con balón en profundidad de Juampa Barros e inmediatamente, acción en el área local, con una respuesta segura y certera de De la Cruz. El Madrid comenzaba creando peligro en transiciones, con una velocidad pasmosa, mientras que Unionistas tocaba, adelantando las líneas todo lo que podía.
Pronto el guion cambió. Fueron los blancos vestidos de morado los que se posicionaron en el campo de Unionistas, con momentos en los que todos los hombrespestaban por delante del balón. Sin embargo y cuando podían a empezar a temblar las piernas locales, llegó el gol de Juampa Barros. A punto de llegar al minuto 15, triangulación de balón que llegó al extremo izquierdo y este definió a la perfección, ajustando el esférico al segundo palo, prácticamente imposible para Mario Luís. La primera entre los tres palos y gol. ¿Se podía comenzar mejor?
La respuesta es sí. En vez de conformarse con la victoria momentánea, los de Dani Ponz buscaron el segundo. Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando llegó la siguiente ocasión y oportunidad: jugada que abría Chapela a la llegada de Fran Rodríguez, que de primeras la puso al salto de Jon Rojo, al que adelantó un defensa morado. En segunda jugada tras el córner, golpeo de cabeza de De la Nava a las manos de De Luís. Al mismo tiempo, Leal y Ramiro se adelantaban a cualquier pase a los jugadores más adelantados del equipo visitante.
El arreón final, eso sí, fue de los morados, aunque Unionistas supo sufrir. Por las intervenciones de De la Cruz uno y dos porque ya no es el equipo de antes. Ya no se viene abajo cuando tiene que defender y sabe sufrir.
DEL SUFRIMIENTO, AL SEGUNDO GOL
La primera vez en toda la temporada. Unionistas ha tenido que esperar a la jornada 33 para verse por delante por más de un gol de diferencia en el luminoso frente a su rival. En el primer minuto de la segunda parte, un centro de Fran Rodríguez al segundo palo llegó a De la Nava, con la capacidad de aparecer siempre. En boca de gol, el capitán se reencontró con el gol para un perfecto abrazo con la afición.
Un golpe, no definitivo, pero sí de autoridad de los charros que no iban a poner a todo un Castilla las cosas fáciles. De hecho, ahora la pelota había cambiado de tejado. Seguidamente, doble cambio en ambas filas. Por parte de los blanquinegros, se marcharon De la Nava y Losada, entrando Christian Santos y Borja Díaz, sin modificación de sistema. En el plantel contrario, Edgar y Álvaro martín, entrando Tobias y Pipi. Tras diez minutos, sin ocasiones y con un Unionistas detrás del balón, con la línea algo más atrasada para protegerse de un posible gol visitante, cambios de refresco en el centro del campo y en bandas. Chapela, tras una gran primera parte pero ausente segunda, se marchó a favor de Beneit, mientras que Carro hizo lo propio con Nespral.
La fiesta no debía parar y Mikel Carro, que mantuvo el nivel en el centro del campo de la primera parte, en la segunda intentona que hizo con pase de profundida, en primera instancia anulada por fuera de juego, generó la jugada del tercer gol. Pase al desmarque de Borja Díaz, que que a sabiendas de que llegaba un defensor pisándole los talones, abrió tirándose al suelo el balón a la llegada de Beneit, que definió con calidad al segundo palo.
Unionistas decide marcarse así sus propios límites, aspirando lejos, soñando despierto y creyendo que está ciudad puede tener más.