La Fundación Miguel Ángel Blanco ha llevado a cabo en la Plaza Mayor de Salamanca una concentración y minuto de silencio contra el terrorismo y a favor de las víctimas, con motivo del XXVI Aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.
El asesinato del edil de Ermua (Vizcaya) en 1997 por ETA unió a los españoles en su rechazo a la barbarie y el chantaje etarras. Desde entonces, su figura se ha convertido en un símbolo por la paz que desde la Fundación Miguel Ángel Blanco que preside su hermana Marimar trabaja para no dejar en el olvido.
La corporación municipal ha asistido a este homenaje póstumo y ha reafirmado así su compromiso con las víctimas del terrorismo. Esta jornada de recuerdo coincide además con el 37 aniversario del atentado de la plaza en la República Dominicana de Madrid, donde el 14 de julio de 1986 murieron 12 guardias civiles y resultaron heridas otras 78 personas por la explosión de un vehículo bomba colocado por ETA.
"Hace ya 26 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. El tiempo pasa muy deprisa, pero eso no impide recordarlo como uno de los crímenes más viles, cobardes y execrables de la banda terrorista ETA", ha asegurado García Carbayo, quien ha destacado que la ciudad de Salamanca "siempre ha mostrado su respeto, respaldo y cariño a las víctimas del terrorismo".
García Carbayo ha añadido que su recuerdo está muy presente en el callejero de Salamanca con la calle Víctimas del Terrorismo y con el mural de la plaza de la Concordia, "un nombre muy apropiado a lo que queremos para España".
En el acto han participado, además, el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, el rector de la Usal, Ricardo Rivero, el obispo, José Luis Retana, o el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Enrique Cabero.