Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno que incide significativamente en las tasas de mortalidad a nivel mundial. Impacta a personas de todas las edades. Sin embargo, son los adolescentes uno de los grupos más afectados.
Hablar sobre ello es una cuestión compleja. Pero necesitamos levantar la mirada ante quienes sufren a nuestro alrededor. Su salud continúa deteriorándose a marchas forzadas, amenazando seriamente su futuro y, por extensión, el de la sociedad.
En los últimos dos años ha seguido aumentando el número de jóvenes que manifiesta haber tenido problemas. Los datos son preocupantes, "75 adolescentes se suicidaron en el año 2023, frente a 53 en 2021".
Lo cuenta la psicóloga de la Fundación Fundaneed en Salamanca, María Heredero Hernández. Su trabajo es la detección precoz, prevención y promoción de la salud mental, a partir de ahí, cuando llega un caso de depresión hasta sus consultas, "tenemos que intervenir".
Destaca que España es uno de los países donde más se extienden recetas de ansiolíticos y antidepresivos. "Preocupa mucho, porque los profesionales se están viendo desbordados".
Hasta esta fundación charra en la que trabaja un equipo conformado por dos psicólogos más acuden a terapia cincuenta niños, "por estadística, en torno a un 10% es posible que tenga depresión", lamenta. A raíz de la pandemia de coronavirus creen que este problema se ha disparado en la población infanto-juvenil.
"Es muy importante trabajar con toda la familia, son los primeros que se dan cuenta"
Otro de los motivos es "la exposición a las redes sociales donde todo el mundo es aparentemente feliz, pero la realidad es otra". Los jóvenes acuden a los profesionales con "sentimiento de culpa, dicen que no sirven para nada". El pensamiento de suicidio y las conductas autolíticas también se han extendido como forma de "hacerse daño a sí mismos para no sentir nada más".
Para atajarlo es importante un equipo interdisciplinar. "Trabajamos con la psiquiatra de la fundación, se hace una intervención psicoterapéutica. A día de hoy, lo que mejor funciona es la activación conductual, que consiste en que el paciente elija algunas tareas que le motivan para realizarlas de forma autónoma, que se sienta más capaz".
Heredero dice que en estos casos "es muy importante" trabajar con toda la familia, porque son los primeros que se dan cuenta de lo que está pasando. Puede ser derivados por un médico, el Ayuntamiento o servicios sociales, "nos cuentan que no pueden concentrarse, que no tienen un buen estado de ánimo, a partir de ahí, atajamos el problema".
"No hay que caer en banalizar la salud mental. Por estar triste no estás deprimido, al menos, no siempre"
Recuerda que a nivel nacional y desde todos los colegios se está pidiendo "que haya psicólogos en Atención Primaria para que la mayor parte de consultas que llegan se puedan resolver antes y sean derivadas con un diagnóstico a psicólogos especialistas. Sería una forma de no colapsar la Sanidad".
María Heredero manda un importante mensaje en este día: "No hay que caer en banalizar la salud mental. Por estar triste no estás deprimido, al menos, no siempre". "Si la familia se da cuenta de que existe un problema de salud mental, que no juzguen, que acompañen a esa persona, que pidan ayuda de cualquier forma".
Finalmente, asegura que es "algo que puede superarse y hay que acopañarles en el camino. Es fácil que vuelvan a recaer y aparezcan los síntomas. A lo largo del periodo de recuperación es normal que no tengamos ganas de hacer cosas que antes hacíamos con normalidad. Eso no quiere decir que no estemos mejorando, no pasa nada por tener recaídas".