Los vecinos de Argusino, un pueblo zamorano desaparecido hace más de medio siglo por la construcción del mayor embalse de Castilla y León, el de Almendra sobre el río Tormes, disponen de un columbario situado a orillas del pantano, en las proximidades del antiguo casco urbano, para enterrar a sus descendientes.
El columbario, al que este fin de semana se han trasladado las cenizas de los primeros seis oriundos del pueblo que lo ocupan, se sitúa a poco más de un kilómetro y medio del antiguo cementerio del pueblo cuyos restos pueden verse los años en los que el pantano está bajo, según ha informado la asociación cultural de descendientes de la localidad, 'Argusino Vive'.
La construcción del embalse de Almendra, el tercero mayor de España y el más grande de la Cuenca Hidrográfica del Duero con cerca de 2.650 hectómetros cúbicos de capacidad, hizo que el pueblo de Argusino tuviera que ser abandonado en septiembre de 1967, por lo que el próximo mes se cumplirán 57 años de la marcha de sus vecinos.
A diferencia de las localidades de otros pantanos, que se reconstruyeron en otras zonas, en este caso el pueblo no se trasladó a otro lugar y sus vecinos se dispersaron por otras poblaciones de la comarca zamorana de Sayago, algunos emigraron a Cascón de la Nava (Palencia) y otros a Madrid, Cataluña o incluso al continente americano.
Pese a ello, los lazos de unión se han mantenido con una romería que celebran cada año el primer domingo de mayo al pie del embalse, en las inmediaciones de la antigua localidad, donde han construido una ermita y donde desde este año también disponen de un columbario con 35 nichos.
Los primeros se han ocupado este fin de semana tras una celebración religiosa y la colocación de las urnas en el nuevo camposanto en un acto oficiado por el párroco de Villar del Buey, Juan José Carbajo.
La habilitación de los nichos cumple con uno de los principales objetivos de la asociación cultural 'Argusino Vive' como es el de mantener en el recuerdo y evitar que se olvide la existencia de la localidad.
Además, el columbario permite dar "un descanso digno" a quienes en la década de los años 60 del siglo pasado se vieron obligados a dejar atrás su tierra.
El columbario reproduce además grabado en el granito una antigua fotografía panorámica del pueblo antes de su desaparición.
La construcción de los nichos constituye un ejemplo de "lucha por reivindicar lo que es su día se le negó al pueblo" y por mantener "un legado digno de honrar y conservar".
"Hoy, más que nunca, Argusino vive de vuelta a sus raíces", ha subrayado la asociación que vela por mantener en la memoria colectiva el pueblo que ahora se encuentra sumergido bajo las aguas de un pantano que divide las provincias de Zamora y Salamanca y que este año está más lleno de lo habitual, al 87 % de su capacidad la última semana