El consejero de Movilidad y Transformación Digital de la Junta de Castilla y León, José Luis Sanz Merino, ha tomado posesión como presidente en el patronato de la Fundación Scayle. Se incorporan también la rectora de la Universidad de León, Nuria González Álvarez; el vicerrector de Infraestructuras, Sostenibilidad y Transformación Digital, Ramón Ángel Fernández Díaz; el vicerrector de Investigación y Transferencia, Santiago Gutiérrez Martín; y el director del Servicio de Informática de la Universidad, Francisco Pérez Laorden. Este patronato ha acordado elaborar el nuevo plan estratégico, que permita posicionar a Scayle como uno de los centros de supercomputación de referencia en el país, centro del ecosistema de tecnologías cuánticas en Castilla y León y socio en múltiples proyectos con diversas entidades.
El año 2024 ha sido el de mayor inversión de la historia de la Fundación, con más de 14 millones de euros, que ha permitido aumentar en un orden de magnitud la potencia de cálculo del superordenador, la capacidad de almacenamiento y el ancho de banda en la red regional. Este año también se han comenzado las obras de la nueva sede de la Fundación.
RedCAYLE sigue ampliando su número de usuarios; así, se están conectando las academias militares con sede en Castilla y León (León, Valladolid y Segovia) y se está finalizando la conexión de los sistemas de cámaras de prevención de incendios que se conectarán por medio de antenas a la red en los nodos de Ávila, León, Salamanca y Soria. Además, se continúa contratando a personal técnico especializado, como es el reciente caso del 'Proyecto de Investigación en nuevas tecnologías para impulsar una nueva industria nacional de soluciones autónomas robóticas'.
SCAYLE es una fundación sin ánimo de lucro creada en el año 2008 por la Junta de Castilla y León y la Universidad de León que centra sus fines en la mejora de las tareas de investigación de la Universidad, los Centros de Investigación y de las empresas de Castilla y León, proporcionando un entorno de trabajo excelente en el área del cálculo intensivo, las comunicaciones y los servicios avanzados. Facilita a los usuarios (científicos y empresas) la capacidad de cálculo computacional para múltiples aplicaciones, entre otras, las predicciones meteorológicas, el diseño de vehículos, los estudios genéticos, la predicción de incendios, el desarrollo de fármacos y vacunas, o actuaciones de Inteligencia Artificial (IA).