El exvicepresidente de la Junta de Castilla y León y dirigente de Vox, Juan García-Gallardo, ha asumido como "único pecadillo" haber ofrecido una "excesiva flexibilidad" al PP, cuyos dirigentes han demostrado no ser "acreedores de esa confianza" porque la han "traicionado", lo que lleva a su partido a afirmar de cara a hipotéticos acuerdos de gobierno que "tiene muy mala pinta".
En una entrevista con la Agencia EFE, García-Gallardo se ha visto como una de las personas "que más haya hecho por la colaboración entre el PP y Vox" en los días previos a la ruptura en los gobiernos autonómicos de Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Murcia y Extremadura, en julio pasado.
En este sentido, ha recordado que llamó personalmente al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para "agotar todas las posibilidades" para un acuerdo sobre la acogida de menores extranjeros no acompañados: "Él me dijo que lo iba a estudiar, pero la realidad es que la consejera de Familia fue a Tenerife a santiguarse ante el PSOE y aceptar todo lo que el Gobierno central proponía".
Cierta impotencia de Mañueco
García-Gallardo ha asegurado que, en aquel momento, vio a un Mañueco con "cierta impotencia", dando la "sensación de no tener opción" de cambiar de postura: "Él pedía que no nos fuéramos, que él estaba yo creo que a gusto", ha rememorado el exvicepresidente, quien trató de convencer al presidente para "reforzar su propio liderazgo" en materia de inmigración y volver a "ser vanguardia y pionero", como cuando ambos suscribieron el acuerdo de gobierno.
Preguntado por el hecho de que Vox estaba en el Gobierno cuando la Junta ya acogía menores extranjeros no acompañados en los dos primeros años de legislatura, García-Gallardo ha reconocido que el "único pecadillo, el único error" en estos dos años de gobierno en Castilla y León "ha sido tener una excesiva flexibilidad con el PP".
Como consecuencia de los ciclos electorales que siguieron al de Castilla y León, García-Gallardo ha indicado que "muchas de las cuestiones que más importaban" a Vox dentro de la Junta se fueron "posponiendo precisamente por generosidad y por actuar con buena fe con el PP": "Luego ellos lo que han demostrado es que no han sido acreedores de esa confianza, no han sido merecedores de esa confianza y que la han traicionado", ha zanjado.
Percibe un PP de "mil caras", con el que Vox ha sido "generoso en exceso", por lo que ve dificultades para volver a llegar a acuerdos de gobierno en el futuro, pero ha rechazado anteponer las "cuestiones personales": "No me gustaría poner líneas rojas que fueran vinculadas a personas", ha contestado sobre si Mañueco puede ser una línea roja en un hipotético acuerdo.
Preguntado en concreto por cómo explicarían a sus votantes volver a apoyar un gobierno presidido por Mañueco, García-Gallardo ha dicho que "desde luego tiene muy mala pinta": "Eso lo puede entender cualquiera, el PP nos lo está poniendo muy difícil para colaborar", pese a que mantiene su "mano tendida", pero ve al presidente enfocado a "su precampaña electoral" y a "hacerse una fotito", en referencia a la reciente ronda de contactos con los grupos.
"Si lo que quiere hacer el señor Mañueco es políticas de izquierdas, como hace la señora Guardiola en Extremadura, pues tendrá que buscar su apoyo en la parte de las Cortes de Castilla y León de la izquierda, nosotros no vamos a traicionar a nuestros votantes. Si lo que quieren hacer ellos es lo que estamos viendo en los últimos dos meses, pues va a ser muy, muy complicado que nosotros podamos volver a integrar un gobierno con el señor Mañueco", ha concretado.
Exprimir las incoherencias
Ante este nuevo escenario, García-Gallardo ha asegurado que Vox va a "exprimir todas las incoherencias, inconsistencias e incumplimientos del PP", al que ha reprochado que lleva "30 años gobernando esta Comunidad" sin la "ambición suficiente para afrontar el reto de la despoblación, de la vivienda, de la falta de retención de talento, por culpa de su conformismo y de su indolencia".
"Que no piensen que les vamos a dejar respirar políticamente porque nuestra intención es ser muy ambiciosos y ser muy insistentes en la defensa de nuestro programa y en nuestros principios", ha apostillado, convencido de que Vox debe "comunicar mejor" y dirigirse a "mucha gente que vota al PP pensando que vota a al señor Aznar o al señor Fraga", sin ver que "es un partido de izquierdas más".
Violencia intrafamiliar y energía nuclear
Preguntado por si conoce qué hará finalmente la Junta con la Ley de Violencia Intrafamiliar que habían pactado aprobar PP y Vox, el exvicepresidente ha reconocido que, aunque su "deseo es que esa ley pueda seguir adelante", no tiene "muchas esperanzas" en que lo haga, al igual que ocurre con la posibilidad de apostar por la energía nuclear, sobre lo que ha denunciado que hubo un "boicot" dentro del propio Gobierno autonómico.
También en este asunto ha denunciado un 'statu quo' entre el PP y el PSOE, aunque al ser cuestionado por quién ejerció ese "boicot" que denuncia se ha remitido a que fue la "Dirección de los Servicios Jurídicos" de la Junta la que planteó que "no procedía" realizar por parte de la Consejería de Industria el estudio sobre la viabilidad de recuperar la actividad nuclear en Garoña (Burgos): "Todo quedaba en la pelota en el tejado del Gobierno central, como si aquí la Comunidad Autónoma no pudiera hacer nada al respecto".
En este y otros temas, ha indicado que mientras los integrantes de Vox en el Gobierno eran "muy ambiciosos", en la parte del PP "eran excesivamente tranquilos": "El PP de la supuesta prudencia que en realidad es cobardía", ha zanjado