Cuando alguien sufre un paro cardíaco repentino, cada segundo cuenta. Los desfibriladores pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos. Tenerlos en las comunidades de propietarios significa que puede haber una respuesta más rápida a una emergencia y que las personas que lo necesitan pueden recibir tratamiento de manera más rápida y eficiente.
Lo explica y sabe bien Juan Manuel García Paino, médico de Atención Primaria en Periurbana Norte (Salamanca) y vecino de la primera comunidad de vecinos charra, ubicada en la Avenida Reyes de España, que cuenta en su hall y desde hace casi un año con este dispositivo salvavidas.
Según datos, más del 50% de las paradas cardiacas suceden en el domicilio, un 20% en zonas no hospitalarias y sólo un 30% en el hospital, por eso es tan importante que se de visibilidad. En Salamanca provincia se han atendido 980 paradas en 2023.
Fue en una reunión de vecinos donde Juan Manuel, debido al gran número de infartos que le ha tocado atender a lo largo de su carrera profesional, propuso adquirir un Desfibrilador Externo Automático (DEA), "diferente a los Desfibriladores Externos Semiautomáticos (DESA) que se utilizan en los centros de salud y para los que se requiere un mayor conocimiento sanitario".
Los DEA son más pequeños y manejables que un ordenador portátil, "muy sencillos de instalar. Te van indicando a través de una pantalla, paso a paso, qué debes hacer y, lo más importante, puedes salvar una vida. Si se salva una vida cada tres años, merece la pena tenerlo". Además, su coste es muy bajo. Una idea que, según este doctor, debería extenderse al resto de comunidades de la ciudad.
Ya está sobradamente demostrado que si la persona es atendida rápidamente por testigos presenciales quienes, antes de llegar el 112, aplican una serie de acciones encadenadas (reanimación cardiopulmonar, uso de un desfibrilador...), se duplican y triplican las posibilidades de supervivencia.
Para que los vecinos sepan cómo manejarlos, esta comunidad de vecinos realiza formaciones al menos una vez al año. Además, cuentan con un amable portero, Juan, "que ha estado en todas las sesiones, está en la puerta y la mayoría del tiempo podría ser el más cercano". "Los primeros seis minutos son clave y puedes salvar la vida a un vecino".
Recuerda también que el Ayuntamiento cuenta con una red de 150 DESA formado por 82 desfibriladores móviles repartidos en vehículos de la Policía Local, Bomberos, Protección Civil y alumbrado público y en la red de autobuses urbanos.
Para su puesta a punto se realiza una revisión "cada seis meses". Su coste mensual es de 75 euros más IVA. "En una comunidad grande como esta cada vecino paga menos de 40 céntimos". En una media, de 30-40 personas, "saldría por dos euros, como un café al mes".
Sin duda, una medida de seguridad más, como puede ser el extintor para posibles incendios. "Es el futuro. Primero se irán uniendo las comunidades más grandes y después irán las más pequeñas".
Pese a que la instalación de este dispositivo en edificios residenciales es habitual en otros países de Europa, en España y en Salamanca todavía es una práctica residual. "Pero es prudente tener a gente preparada. Todos deberíamos estarlo". El desfibrilador, utilizado en los primeros 3-4 minutos "saca al paciente de una parada. Además de salvarle la vida, evitas que le queden secuelas".
¡Conviértete en un vecino con corazón!
