El chaval de 13 años que en 1986 miraba la cartelera de los cines Van Dyck y optaba por entrar a ver 'El color del dinero', dirigida por Martin Scorsese, estrena 'Escape' este jueves en toda España, una película apadrinada por el mismo Scorsese que se convirtió "en la razón principal por la que quise dedicarme al cine". El chaval en cuestión se llama Rodrigo Cortés, es salmantino y es director de cine.
Cortés ha visitado Salamanca para asistir a una proyección de 'Escape' y charlar con los espectadores. También ha participado el autor de la novela en la que se basa la película, Enrique Rubio. Ver su propia obra en los cines que visitaba cuando era un chaval "me permite mirar atrás" y contemplar "las fotos que uno colecciona en la cabeza, desde que empezó y cómo. En estas salas me crie cinematográficamente y aprendí a amar lo que hago".
Una fuga al reves
El motor de la película, explican Cortés y Rubio, es una idea "contraintuitiva" y que desafía los hechos comunes del cine: un hombre (N, interpretado por Mario Casas) quiere entrar en la cárcel.
Rubio explica que la semilla de la idea fue la necesidad de tranquilidad. "Al empezar a escribir no un encontraba un lugar tranquilo" para trabajar. "Me molestaban los ruidos y fantaseaba con entrar en la cárcel voluntariamente para encontrar un sitio ordenado donde no tuviera que decidir nada y sólo me concentrase en escribir, sin más distracciones". De ahí surgió un relato 'Cárcel', y de éste una novela, 'Escape'. "Se me ocurrió la idea de que el personaje hubiera estado toda su vida en cautiverio, educado sólo por sus padres" y al cumplir la mayoría de edad quisiera regresar a ese mundo.
El protagonista quiere entrar en la cárcel porque tiene "derecho a dejar de tomar decisiones, que le quiten el libre albedrío cuanto antes"
Rodrigo Cortés añade que 'Escape' es "una fuga al revés que permite ver las cosas desde un punto de vista distinto, donde todo se desnuda y queda expuesto a la luz del día". Para adaptar la novela al cine, sin embargo, la podó hasta el tronco y se quedó sólo con la idea central. "Al hablar con Enrique le dije que me entusiasmaba y que a la vez me veía incapaz de hacer una adaptación porque sentía que no funcionaría con otro lenguaje" que no fuera el literario. Conservó la premisa "contraintuitiva" y le propuso "traicionar la novela" para "honrarla". Lo que en papel es un chaval de 18 años con Asperger, en la pantalla es un hombre de 40 "roto, que no está bien por algo que le ha pasado y que decide bajarse de la vida" pensado que tiene "derecho a dejar de tomar decisiones, que le quiten el libre albedrío cuanto antes".
Novela y película son las dos caras de una moneda. "Enrique entendió el proceso de traducción" de un formato a otro. Y éste asegura que tiene "una confianza ciega" en Cortés. "Siento que va a ser mi película soñada. y no se me ocurre otro director que pudiera haberla hecho ni otro director que pudiera haberla hecho mejor. Es un desafío total y una película imposible, contracorriente".
"Ríes y lloras a la vez"
Entonces, ¿es una comedia o un drama? Según su director, tiene un tono "cercano a la comedia, pero muy doloroso a veces, porque conectas con el dolor de N. No es que te rías y luego llores, sino que ríes y lloras a la vez. Te identificas con el dolor de N y ríes con lo absurdo de su situación".
El 'culpable' es Mario Casas, quien presta su imagen al protagonista. "No suelo pensar en actores" a la hora de escribir el guión, comenta Cortés, sino al concluir "y ahí empecé a pensar en Mario porque es muy buen actor, es un insensato, un guerrero osadísimo que busca el riesgo y está en un momento de su carrera dispuesto a tirarse desde un décimo piso sin red y eso es lo que ha hecho. Es un trabajo fascinante, hipnótico y conmovedor".
"N no es una víctima sino una apisonadora con un objetivo. Y el único dipuesto a evitar sus caprichos es un juez. Con el material del guión se podía hacer un drama, una comedia, un thriller... la clave es un tono limítrofe muy difícil de tratar"
Junto a él, su hermana en la ficción Anna Castillo, la "única luz" en la vida de N, y una cohorte de intérpretes que, en palabras de Cortés, fueron "una carta a los Reyes Magos": Blanca Portillo, Josep María Pou, Juanjo Puigcorbé, Pepe Sacristán... "que ya no es un actor, es una institución. Y fue muy divertido. Al leer el guión me dijo que no sabía qué era esa locura, pero quería formar parte de eso. Es un personaje que el público ama. Es la némesis de N, que no es una víctima sino una apisonadora con un objetivo. Y el único dipuesto a evitar sus caprichos es un juez. Con el material del guión se podía hacer un drama, una comedia, un thriller... la clave es un tono limítrofe muy difícil de tratar".
Con una propuesta tan particular como 'Escape' llegando a las carteleras, Cortés confiesa que "cada vez creo más en la libertad y en seguir dándome libertad, que es un ejercicio de responsabilidad porque tienes que asumir las consencuencias. Si siento que algo es una buena idea, la persigo. Nunca sabes lo que va a tener éxito o no. Pienso que si algo tiene la oportunidad de resonar en el mundo es algo hecho con plena libertad y que golpea con fuerza sobre la mesa".