Unionistas se reencontró con la victoria que al final fue clara, 4-1, después de las dudas con las que inició el partido ante el Real Unión de Irún. Dos caras bien distintas en el primer y segundo tiempo con un gol balsámico de Ramiro cerca del descanso que cambió todo para celebración del Reina Sofía, que por fin pudo celebrar quedarse con tres puntos.
Lo mejor del primer tiempo para Unionistas al descanso se puede decir que fue el marcador. No es que el Real Unión de Irún le diera un baño al equipo local y mereciera más goles, es que los de Llácer no se encontraron practicamente en todos los 45 minutos y fue casi una acción aislada la que permitió que se rompiera la desventaja inicial. Un tanto que tuvo que hacer el capitán del equipo después de una llamada a filas del general del equipo.
Antes de eso muy poco de Unionistas y solo un poquito más de un Real Unión de Irún que encontró un gol tempranero después de una lectura errónea del disparo de Iván Martínez, que seguramente esperaba un tiro más duro de Dani Garrido y cayó antes de tiempo mientras el balón mansamente se iba al fondo de su portería. Había comenzado el equipo vasco con más posesion merced a una presion alta que apenas dejaba salir de atrás a los locales y encontraba recompensa para después instalarse con dos líneas muy juntas y adelantadas sobre la zona de medular donde ahogó totalmente las ideas de Unionistas.
Los de Llácer, cuando tenía el balón, se limitaban a balones en largo sin más destino que los denfensas o las manos del portero y sí es verdad que Jonny tuvo una buena ocasión en la única acción combinada en 30 minutos pero su disparo se marchó al lateral de la red. No estaba cómodo para nada el equipo local y eso se traducía también en dudas atrás, sobre todo por falta de contundencia lo que provocaba los nervios de la grada que pedía más a los suyos. Un paso al frente.
Un 'oportuno' problema físico de Iván, que se iba al suelo, obligaba a salir a las asistencias al terreno de juego e inmeditamente Llácer mandaba a los diez jugadores de campo acercarse a la banda en un improvisado tiempo muerto para reordenar y, quizás, de toque de atención, de corneta, de despertador. Un pequeñito paso al frente, no sin antes sufrir otro susto con un cabeceo franco para Íker Bilbao que se fue directo a las manos del portero de Unionistas.
No lo aprovechó el equipo vasco y poco después llegaba el empate en una acción que partía de una falta en la zona de tres cuartos con un balón que acababa abierto a la banda y perseguía Aitor Pascual para girarse y poner un balón precioso al corazón del área donde surgía Ramiro para cabecear al fondo de las mallas. Oportuno el capitán y oportuno el tanto porque el duelo se encaminaba hacia el descanso y ganarlo con la tranquilidad de poder empezar casi de cero era un alivio para los de Llácer que antes tenía que introducir su primer cambio por lesión de Arriba.
Noche y día. Las tornas se volvieron absolutamente en el inicio de la segunda mitad con un Unionistas que como si hubiera pasado por una ducha fría salió despierto y con el colmillo afilado, buscando constantemente área contraria desde la banda de Rastrojo, incisivo y encarando, y con mucha presencia en el centro del campo hacia donde caía Álvaro Gómez.
El salmantino estuvo cerca del 2-1 con un disparo desde la frontal e Irazusta sacó un par de balones peligrosos en la sucesión de llegadas de Unionistas que derribó por fin el muro en el 58. Balón al área y perfecta acción de delantero puro de Santamaría que, de espaldas, lo protegió con el cuerpo y se giró para soltar un disparo que buscaba por abajo el primer palo. Irazusta solo pudo rechazar y el balón le cayó a Rabadán que la empujó para hacer el 2-1.
Un tanto que fue un bálsamo para el juego porque el Real Unión no encontró fórmulas para reaccionar mientras Unionistas aprovechaba los espacios para intentar el área con peligro. Tuvo varias saques de esquina y algún remate peligroso pero tocó esperar para la sentencia que llegaba a las puertas del final desde el punto de penalti. Falta clarísima cuando Dani García se iba en solitario ante el marco, penati, roja y el propio Dani encargado de hacer el 4-1.