'Libros prohibidos', un viaje a través de los ricos fondos de la Biblioteca General Histórica de la USAL

La exposición, organizada en colaboración con la UAB, explora a través de 25 manuscritos de los siglos XVI y XVII los efectos de la prohibición y expurgación

Isabel Rodríguez
Viernes, 15, Noviembre, 2024
CulturaUSALNoticias 24 horas

"Los libros prohibidos y los manuscritos deben guardarse con especial cuidado, separados del cuerpo principal de Librería, y el Bibliothecario Maior reservará en si las llaves de la pieza, y cajones, en que estén colocados. No se franquearán los prohibidos a persona alguna, sin que antes muestre licencia para leerlos de superior legítimo, según se previene en el privilegio concedido a la Universidad para tenerlos". Así reza en las primeras Constituciones de la Biblioteca General de la Universidad de Salamanca, de 1775, y que indicaba el tratamiento que debía dispensar a los libros prohibidos, uno de los tesoros que forman parte del "patrimonio documental y bibliográfico" y que custodia la Universidad de Salamanca en el "Sancta Sanctorum de la Biblioteca General" -la Sala de Manuscritos-, tal y como señaló Eduardo Azofra, delegado del rector para Patrimonio, y que son protagonistas de la exposición que, hasta el próximo 19 de enero, puede visitarse en la Sala de la Columna de las Escuelas Mayores.

'Libros prohibidos. Herejía y censura en la Edad Moderna' es el título de la muestra organizada por la Biblioteca General Histórica y el Seminario de Estudios sobre el Renacimiento de la Universidad Autónoma de Barcelona, en colaboración con la Unidad de Cultura, que explora los efectos de la prohibición y expurgación de libros en los ricos fondos de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca.

La muestra, como explicó Margarita Becedas, directora de la Biblioteca General Histórica, reúne 25 libros impresos de los siglos XVI y XVII, acompañados de paneles explicativos de grandes dimensiones que también incluyen reproducciones de grabados, y que van "construyendo un relato, desde la relación de la imprenta con la herejía a los índices prohibidos y purgativos". Un viaje que también lleva al siglo XVIII para conocer las censuras de las Primeras Constituciones de la Biblioteca de la USAL.

Por su parte, María José Vega, catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, impulsora de la exposición y directora del proyecto de la UAB 'Censura, expurgación y lectura en la primera imprenta. Los índices de libros prohibidos y su impacto en el patrimonio textual', explicó que esta exposición quiere "proponer una narración y ser una especie de guía para comprender un momento muy crítico" en el que se produce la fractura confesional de Europa, la consolidación de la imprenta y la invención de los índices de libros prohibidos.

Entre los manuscritos destaca el célebre Atlas de Mercator, publicado en el siglo XVI, y que representa un ejemplo de los libros expurgados, si bien esta se realizó de manera primorosa, con una cenefa bermellón sobre una orla con los retratos de cinco teólogos calvinistas; y el texto del verso fue tachado delicadamente con tinta, de tal forma que no perjudicó el mapa.

Además de los manuscritos, destacó dos imágenes que forman parte de la exposición y que representan a la herejía, 'La Iconología' (1603), de Cesare ripa, y la herejía encadenada. Estos 25 manuscritos que se exponen en la Universidad son una representación de los miles de títulos que llegaron a formar parte de los índices prohibidos. "Solo en el siglo XVI, en el primer índice había más de 6.000 títulos. Y en el índice más severo, el conocido como Índice Paulino, había más de 600 autores prohibidos en su totalidad", es decir, que toda su obra, tanto la que hubieran escrito como la que pudieran llegar a escribir en un futuro, estaba prohibida.

Los índices de los libros prohibidos surgieron para gestionar los 'peligros' de la imprenta, para ordenar las prohibiciones ya realizadas y prever las futuras, para contener la expansión de las nuevas herejías y erradicar el disenso mediante la vigilancia del libro y la lectura. Con el tiempo ampliarían su alcance e intereses, alcanzarían a determinar la historia intelectual europea y transformarían profundamente el patrimonio textual y bibliográfico.

La muestra está dividida en tres secciones. La primera está dedicada a las nuevas herejías de Alemania, al miedo y a la reacción católica, a la propaganda religiosa y a los libros de controve rsia y confrontación doctrinal. La segunda versa sobre los índices prohibidos y sobre el nacimiento de la expurgación, o una fórmula que permite prohibir solo parcialmente o, si se prefiere, indultar los libros prohibidos a cambio de eliminar algunas de sus partes. La tercera sección muestra las cicatrices y tachaduras de los libros prohibidos por Roma y más tarde expurgados por la inquisición española.

Esta exposición, como añadió Raúl Rivas, director del Servicio de Producción e Innovación Digital, muestra algunos de los "tesoros que guardamos en la USAL. El compromiso de la Biblioteca General Histórica también es divulgar el conocimiento que se guarda en esta institución".

Ejemplares destacados

Junto al famoso Atlas de Mercator-Hondius, la Bula 'Exsurge Domine' (1520), uno de los pocos ejemplares existentes en las bibliotecas españolas y respuesta oficial de la Santa Sede al desafío de Martín Lutero, es una de las obras originales del fondo bibliográfico de la USAL que se pueden ver en esta exposición.

También destacan la 'Colección de índices de libros prohibidos', que permite trazar un completo recorrido por la historia de la censura hispana, con índices que van desde 1554 a 1790. De entre los ejemplares sobresale la presencia de un temprano índice de biblias de 1554, en cuya elaboración participó activamente la propia universidad.

Así como un 'Muestrario de libros expurgados', que exhibe tan solo una mínima parte de los que posee la Biblioteca General Histórica de la USAL y que enseña cómo la censura se ejerció sobre temas muy variados (vidas de santos, superstición, historia, derecho o política) con métodos de expurgo diversos: desde meras señales o leves tachaduras que dejaban casi al descubierto los textos expurgados, hasta encolados, páginas arrancadas y toda clase de mutilaciones.

 

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