Un año más, como cada 25 de noviembre, la manifestación para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer ha recorrido las calles del centro de Salamanca. Bajo el lema 'Juntas el miedo cambia de bando', la manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Salamanca, ha partido desde la plaza Concordia, para continuar por la avenida María Auxiliadora, calle Toro y llegar hasta la Plaza Mayor, donde ha tenido lugar la lectura del manifiesto.
"Salimos a las calles de nuestra ciudad a denunciar la violencia machista", recoge el manifiesto, "la misma violencia que algunos niegan; la misma violencia que no cesa", añadiendo que "el silencio siempre ha sido el mejor aliado del machismo, por eso nosotras nunca más vamos a guardar silencio".
La "lucha contra la lacra de la violencia de género implica a toda la sociedad. A los que nos escuchan, a los que nos gobiernan, a los que nos acompañan, a los que nos educan y a los que nos cuidan".
Y, "aunque agotadas de tanto machismo y machista, seguiremos reivindicando y luchando por las que ya no están. Por nuestras amigas que fueron asesinadas por sus parejas; nuestras compañeras que fueron agredidas por sus maltratadores; por nuestras madre y abuelas que aguantaron durante décadas a machistas por su difícil situación económica; por las que salieron a trabajar y nunca volvieron a su hogar; por las que tuvieron que abandonar su país huyendo de su expareja o por las que, a día de hoy, están escondidas mientras se enfrentan a un juicio penal y social. Por las que nunca pudieron ser ellas y por las que siempre nos abren camino a todas nosotras. Por las que fueron, somos y serán".
Una marcha donde no han faltado los cánticos de lemas como 'No es un caso aislado, se llama patriarcado', 'Un maltratador nunca es un buen padre', 'Con o sin ropa, mi cuerpo no se toca' o 'Ni golpes que duelan ni palabras que hieran'. Cánticos reivindicativos en una tarde de la misma índole, buscando recalcar la importancia del feminismo en todos los estratos sociales para acabar con una lacra que, desde que se tienen registros, ha acabado con la vida de más de un millar de mujeres en España.