Apostar por el medio rural para vivir en Salamanca resulta más barato que hacerlo en la capital, según se desprende del informe de la compañía de valoración Grupo Tecnitasa, que cifra en algo más de 3.800 euros anuales el ahorro en el caso de la provincia charra.
En concreto, según sus datos, el alquiler medio mensual en la capital es de 1.048 euros, mientras que el resto de municipios se sitúa en 728 euros, por lo que el ahorro anual asciende a un total de 3.839 euros, un 30,53%.
Salamanca es la segunda provincia de Castilla y León donde más ahorro se produce al alquilar en un pueblo, tan solo superada por Segovia, donde esta cifra se eleva por encima de los 7.000 euros. Tras la provincia charra se sitúa Valladolid, León y Burgos, con ahorros que oscilan entre los 1.100 y los 1.400 euros.
En el extremo contrario se encuentran dos provincias de la Comunidad, Ávila y Soria, donde es más caro alquilar en los municipios que en la capital. En el caso de la provincia abulense, el gasto se incrementa en más de 1.800 euros anuales si se opta por un alquiler rural, mientras que en Soria se encarece unos 200 euros al año, según el citado informe.
En caso de las grandes ciudades, el patrón se repite y alquilar en la provincia es mucho más barato. Así sucede en Madrid, donde el ahorro supera los 17.000 euros anuales, o en Barcelona, con algo más de 15.000 euros.
Este estudio, realizado en colaboración con la consultora RR de Acuña & Asociados, ha comparado alquileres de viviendas de unos 100 metros cuadrados en distritos residenciales o zonas de buen nivel socioeconómico en todo el país y ha concluido que no existe un patrón fijo.
Así, frente a lo que ocurre en Madrid, Barcelona o Gipuzkoa, hay no pocas provincias en las que las cantidades a desembolsar si se decide alquilar en el resto de la provincia son mayores que en la capital, como ocurre de manera destacada en Pontevedra, donde la diferencia puede rondar los 21.500 euros de ahorro anual.
Como ha explicado el director técnico de Grupo Tecnitasa, Fernando García-Marcos, las provincias en las que los alquileres fuera de la capital son más altos son las que presenta un acusado atractivo vacacional, sea veraniego o invernal, o más despobladas o con zonas cercanas a una gran capital de fuera de la provincia e influidas por su mercado.
