Hubo que esperar hasta el final, hasta el momento en el que todo parecía perdido para que Unionistas de Salamanca pudiera celebrar tres puntos. Y fue gracias a Rabadán, quien creyó hasta el final y superó a Unai al rematar un pase de la muerte dentro del área en el 84'. Un 1-0 que dejó los tres puntos en casa, rompiendo la racha de tres empates consecutivos.
La hora no fue un impedimento para los jugadores de Unionistas y Barakaldo. Los veintidós jugadores empezaron con fuerza sobre el terreno de juego, impregnando de ritmo el choque. Era un horario cafetero y los futbolistas decidieron dar un impulso a los 3.811 aficionados que se acercaron al feudo charro.
El primer acercamiento del partido llegó por parte de Unionistas con un centro que no encontró rematador. El tú a tú fue tal que el centro del campo desapareció por momentos, sin un dominador claro del balón. Por su parte, Pablo Santiago fue el más activo de los visitantes y empezó avisando con un latigazo desde fuera del área al cuarto de hora.
A ese disparo respondió Pau con otra acción similar en la que tuvo que intervenir Unai Pérez. Pero a partir de ese momento el encuentro fue bajando de ritmo e incluso el colegiado no tuvo mayor trabajo que una amarilla a Jon Tena quien protestó desde el banquillo visitante.
A partir de ahí, fogonazos. Y fogonazos locales que llegaron en dos ocasiones seguidas de chilena en los minutos 24 y 25. Primero fue Rastrojo que remató y su acción se fue fuera y después un Gorka Santamaría que hizo cantar el gol a la grada antes de que la pelota diese al larguero y rebotase fuera de la línea de gol.
El Barakaldo acabó teniendo más pelota y su ocasión más cercana al gol estuvo, otra vez, en las botas de un Pablo Santiago que recibió tras un error de Eudald y probó suerte desde la frontal. Pero cuando todo parecía destinado al 0-0 al descanso sin más sobresaltos, Unionistas estuvo a punto de romper el choque en el 42? cuando Jordi Tur remató con todo dentro del área tras una buena combinación entre Gorka y De la Nava que acabó con una buena dejada del 10. Ocasión evidente que desbarató Unai.
El segundo tiempo fue una pesadilla para Unionistas. El Barakaldo tuvo la pelota, encerró a los blanquinegros en su campo y tuvo ocasiones para romper las tablas. Si bien Imanol de la Sota fue el primero en hacer un cambio, Llácer tardó trece minutos para hacer una triple sustitución.
El entrenador valenciano dio entrada a Jonny, Álvaro Gómez e Iván Moreno en busca de mayor verticalidad viendo que el campo estaba ocupado por los vascos. Pero la apuesta no salió bien desde el primer momento y el Barakaldo sostuvo el protagonismo. La cosa pintaba para que el décimo empate se sumara al casillero de Unionistas o incluso una derrota, pero la recta final cambió la cara y el ánimo de todo el Reina Sofía.
Una pared en la frontal cambió todo. Una jugada entre varios jugadores dejó a Rabadán con la única tarea de rematar un pase de la muerte en el 84? y lo hizo a la perfección. Era el peor momento de Unionistas y fue en el que llegó el 1-0. Una alegría que inundó el estadio, al cuerpo técnico y a la plantilla.
Golpe moral y anímico que demostró que Unionistas nunca se rinde y que dejó el cuarto triunfo del equipo esta temporada. Victoria que deja al equipo con 21 puntos, más cerca de la zona alta y que rompe la racha de tres empates consecutivos.